El salón de actos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha acogido esta mañana la jornada “Ciencia ciudadana para medición de radiaciones” en la que expertos de diferentes ámbitos han analizado las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y el uso colaborativo de las mismas para el desarrollo de la ciencia ciudadana. La jornada se centró en la medición de la radiación a través de dispositivos móviles, su fiabilidad y alcance.

La jornada contó con la presencia de Francesco D'Errico, experto en radiología e imagen biomédica en la Yale School of Public Health en Estados Unidos, quien expuso que el uso de determinadas aplicaciones móviles permite que cualquier usuario con un teléfono inteligente pueda hacer mediciones radiológicas. De hecho, 22 544 usuarios tienen instalada una aplicación de estas características y aportan datos de medición de la radiación en todo el mundo, principalmente en Estados Unidos, Europa y Japón. D’Errico comentó el potencial de este tipo de aplicaciones para obtener datos en situaciones ordinarias, presentando algunos ejemplos relacionados con el campo de la salud. El experto de Yale y la Universidad de Pisa comentó que pueden ayudar a evitar situaciones de desinformación y a reducir la incertidumbre porque “sólo con una sociedad más informada y con acceso real a los datos se evitan informaciones contradictorias o interesadas” y añadió que “el ciudadano se empodera a través de información confiable”.

Jean François Bottollier-Depois, subdirector de Salud del Instituto para la Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (IRSN, Francia), explicó el proyecto OpenRadiation que desde 2017 recoge mediciones de radiación geolocalizadas a través de la información aportada por usuarios anónimos desde sus teléfonos móviles completados con un pequeño detector, y cuyos datos complementan el trabajo de las redes de vigilancia locales. El proyecto ha obtenido más de 500 000 mediciones por todo el mundo procedente de más de 300 usuarios. En la actualidad, cuenta con un proyecto específico destinado a la medición de la radiación cósmica a la que están expuestos los trabajadores durante vuelos para poder detectar oscilaciones significativas provocadas, por ejemplo, por tormentas solares de alta intensidad.  

Mesa redonda

A continuación, los participantes de la mesa redonda, moderados por Ana Hernández (CSN) profundizaron en los diferentes desarrollos, aplicaciones y expectativas ante el desarrollo de un proyecto de ciencia ciudadana de medición de radiación en España. Arturo Vargas, de la Universidad Politécnica de Cataluña, habló sobre la validación y análisis de datos y aseguró que son un auténtico reto en el ciclo de la Ciencia ciudadana. Mientras, Pura Fernández, vicepresidenta adjunta de Cultura Científica y Ciencia Ciudadana del CSIC, señaló el compromiso de la institución con la ciencia ciudadana a través de diversos proyectos promovidos por el organismo al que pertenece, como son Mosquito Alert u Observadores del mar.

Luis Quindós, catedrático de la Universidad de Cantabria, abordó la ciencia ciudadana desde perspectivas más sencillas y aseguró que compartir conocimiento sobre materias como el gas radón, amplía la capacidad de los proyectos y la solvencia científica al contar con mayor volumen de datos. Quindós alertó también sobre el intrusismo y la importancia de que la ciencia se desarrolle siguiendo metodologías solventes y contando con el rigor necesario.

Agustina Sterling, perteneciente al área de Evaluación del Impacto Radiológico Ambiental del CSN abordó el papel de los reguladores y el marco europeo para el desarrollo de proyectos que usen la ciencia ciudadana. Además, resaltó las reflexiones de la Asociación Europea de Autoridades Competentes en Protección Radiológica (HERCA, por sus siglas en inglés) sobre comunicación ciudadana que se han enviado a la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP, por sus siglas en inglés) para su consideración en la revisión del Sistema de Protección Radiológica, así como la importancia de conseguir mejorar la percepción del riesgo radiológico por parte de la sociedad.

Por último, Alfonso Tarancón, miembro del departamento de Física Teórica de la Universidad de Zaragoza y ex director de la fundación Ibercivis apuntó que los humanos, al no contar con capacidad evolutiva para detectar la radiación, deben trabajar en el desarrollo de tecnología capaz de hacerlo para evolucionar.

El presidente del CSN, Juan Carlos Lentijo, abrió la sesión destacando el valor del proyecto de ciencia ciudadana como “un medio para el fomento de la cultura científica” y resaltó también que “en las últimas décadas viene suscitando especial atención con una participación cada vez mayor de la comunidad científica y el creciente interés por parte de instituciones públicas y privadas”.

Durante la clausura, el consejero Francisco Castejón apuntó a la importancia de los avances tecnológicos que hacen posible la participación de la sociedad, destacando el importante papel que está cobrando la ciencia ciudadana en la difusión del conocimiento científico en la población. La extensión masiva del uso de telefonía móvil, internet de banda ancha, la mejora en las aplicaciones móviles, el abaratamiento de los sistemas y en general los avances tecnológicos que facilitan su expansión.

La ciencia ciudadana es una manera de producir nuevo conocimiento científico a través de un proyecto estructurado de investigación colectiva, participativa y abierta, impulsado por distintos actores que no necesariamente se desempeñan dentro de los ámbitos académicos.

Como es habitual con todas las jornadas públicas del Consejo, este acto ha sido grabado y será publicado posteriormente en el canal de YouTube del CSN.

 

*Consulta aquí el glosario de términos técnicos*