CSN Análisis de los sucesos ocurridos en el transporte de materiales radiactivos en España desde 2000 hasta 2020 - Alfa 53 Revista Alfa

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Alfa 53

Ha nacido una estrella

En diciembre de 2022, el National Ignition Laboratory estadounidense consiguió la primera reacción de fusión nuclear con ganancia de energía, un hito que protagoniza uno de los reportajes divulgativos de este número 53. Otro avance tecnológico del que hablamos y que puede revolucionar el mundo es el llamado internet de las cosas, que consiste en dotar a todo tipo de instrumentos y productos de conexión a la red para interactuar con otros aparatos y sistemas. Asimismo analizamos las técnicas radiactivas y nucleares que se emplean cada vez con más frecuencia en tareas de restauración del patrimonio cultural y artístico, así como las aplicaciones y cualidades de un material que, pese a su amplia presencia en nuestra vida cotidiana, pasa casi desapercibido: el vidrio, que fue objeto de atención durante 2022, elegido por la Unesco como Año Internacional del Vidrio.

Los tres reportajes restantes se centran en la actividad del CSN. uno está dedicado a la renovación de su Centro de Información, que este año cumple un cuarto de siglo y que  ha acogido ya a más de 155.000 visitantes. Otro detalla el contenido de su Plan de Igualdad recientemente aprobado. Con él, el organismo pretende avanzar en la auténtica equiparación entre mujeres y hombres. El tercero de los  reportajes aborda el uso de técnicas nucleares y radiológicas para el estudio y protección de restos arqueológicos y otras manifestaciones culturales.

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Análisis de los sucesos ocurridos en el transporte de materiales radiactivos en España desde 2000 hasta 2020

El análisis de los sucesos que se producen en el transporte de material radiactivo constituye una herramienta esencial para reducir el riesgo inherente al mismo, pues de ese análisis se pueden extraer un conjunto de lecciones aprendidas. A partir de estas lecciones es posible implementar diversas acciones, dirigidas tanto a las entidades implicadas en las actividades de transporte como a las autoridades competentes, con el objetivo de reducir la probabilidad de ocurrencia de sucesos similares. Asimismo, la realización de análisis globales de los sucesos ocurridos en un determinado periodo de tiempo permite determinar cuestiones como qué sucesos ocurren con mayor frecuencia y por qué, si hay repetitividad en sus causas, cómo evolucionan a lo largo del tiempo en función de los cambios de la práctica en la que suceden y si hay factores en los escenarios de los sucesos que tengan mayor impacto en su ocurrencia. Las conclusiones de estos análisis globales permiten, desde el punto de vista de un organismo regulador como el CSN, ayudar a la planificación de actuaciones reguladoras tan importantes como la emisión de normativa y el desarrollo de sus actividades de supervisión y control.

Texto: Eneko Zugazagoitia Hernando | Técnico del Área de Transporte de Material Radiactivo del CSN

D esde finales de los años 90, para facilitar la gestión de las actividades reguladoras relacionadas con el transporte de material radiactivo, el CSN ha utilizado la aplicación informática Gestión de Transportes, que fue considerada como una “buena práctica” en las conclusiones del informe final de la misión IRRS realizada por el OIEA en España en 2018 [1]. Esta aplicación corporativa dispone de una base de datos sobre gestión de incidencias (Figura 1) en la que se registra toda la información asociada a cada suceso ocurrido en el transporte de material radiactivo, considerando diversas características como: causas, tipología del material radiactivo y del bulto, medio de transporte y daños sufridos, consecuencias radiológicas, bultos dañados y medidas adoptadas. Estos sucesos son notificados al Consejo en cumplimiento de lo requerido por las instrucciones del CSN IS-34 [2] e IS-42 [3].

La información sobre los sucesos acaecidos anualmente en España en el transporte de material radiactivo se ha ido incluyendo en los informes anuales del CSN al Congreso de los Diputados y al Senado. Adicionalmente, el CSN publicó en 2022 un documento en el que se recoge un análisis detallado de los sucesos acontecidos en España desde el año 2000 hasta el año 2020 [4].

Características globales de los sucesos

Entre 2000 y 2020 se han producido un total de 100 sucesos en España, cuyo desglose anual se recoge en la Figura 2. Del análisis general de los mismos se puede comprobar que, dentro de cierta variabilidad, el valor medio de sucesos por año es aproximadamente de cinco. Si consideramos esa media de sucesos y el número aproximado de transportes de material radiactivo que anualmente se realizan en España (más de 100 000), tendríamos un índice de sucesos/nº de envíos anuales inferior a 5x10-5; es decir menos de un suceso por cada 20 000 transportes.

Los 100 sucesos han sido registrados en la base de datos sobre Gestión de incidencias en alguna de las diez categorías siguientes:

  • Deficiencias en el embalaje.
  • Contenido inadecuado del bulto.
  • Suceso en procesos de carga/descarga.
  • Superación de límites de contaminación reglamentados.
  • Superación de límites de radiación reglamentados.
  • Incidencias en terminales de aeropuertos.
  • Accidente de tráfico.
  • Robo de bultos.
  • Extravío de bultos.
  • Protección física.

Tal y como muestra la Figura 3, los sucesos más frecuentes han sido los accidentes de tráfico (34 %), las incidencias ocurridas en los terminales de los aeropuertos (22 %) y los robos (15 %) y extravíos de bultos (10 %). En el caso de los accidentes de tráfico, con una media de dos sucesos anuales, el suceso tipo se caracteriza por producirse mayoritariamente en el transporte de radiofármacos con bultos del tipo A y exceptuados, por no verse dañada la carga, aunque sí el vehículo de transporte, y porque en su gestión la empresa de transporte aplica su plan de emergencia, comunica el suceso al CSN y envía otro vehículo para recoger la carga y hacerla llegar a los destinatarios inicialmente previstos. Según los datos proporcionados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agencia Urbana, desde el año 2008 se promedian algo más de 110 accidentes anuales para el conjunto de movimientos de mercancías peligrosas (MMPP) por carretera; por lo que los que implican material radiactivo no llegan al 2 % de la media de los accidentes que involucran a todas los MMPP. Las incidencias ocurridas en terminales de aeropuerto, con una media de un suceso anual, se caracterizan por ocurrir en los almacenes de las terminales de carga o en la pista del aeropuerto, implicando a bultos exceptuados y tipo A. Para su gestión, el operador aeroportuario comunica el suceso al aeropuerto (en aplicación de su plan de emergencia interior), al CSN y al expedidor.

Los robos y extravíos de bultos tienen una media conjunta de aproximadamente un suceso cada dos años. Los robos suelen producirse en vehículos de carretera aparcados fuera de las instalaciones, implicando a equipos radiactivos móviles (medidores de densidad y humedad de suelos conformando un bulto tipo A o gammágrafos industriales conformando un bulto tipo B). Los extravíos son más frecuentes en el transporte aéreo, durante la manipulación en rampa (pista del aeropuerto) y en los almacenes de las terminales de carga, afectando a bultos exceptuados y del tipo A con radiofármacos. Una vez confirmado el robo o extravío, el CSN difunde una nota de prensa para advertir a la población.

Análisis de los sucesos según su clasificación INES

La Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos (INES) [5], Figura 4, que se emplea para comunicar al público de manera rápida y coherente la importancia desde el punto de vista de la seguridad de sucesos asociados a las fuentes de radiación, incluye en su alcance a cualquier suceso asociado al transporte de material radiactivo. Al objeto de que el público valore de manera rápida la importancia para la seguridad del suceso, a cada nivel de la escala INES se le asigna una expresión distinta, en orden creciente de gravedad: anomalía (1), incidente (2), incidente importante (3), accidente con consecuencias de alcance local (4), accidente con consecuencias de mayor alcance (5), accidente importante (6) y accidente grave (7). Aplicando la clasificación INES a todos los sucesos ocurridos en el periodo de análisis, se comprueba que 76 sucesos lo han sido de nivel 0 y 24 de nivel 1.

Atendiendo a la tipología del suceso, aproximadamente el 43 % de los clasificados como INES 0 (Figura 5) fueron accidentes de tráfico, el 29 % incidencias en terminales de aeropuerto y el 11 % extravíos de bultos. En cuanto a los sucesos categorizados como INES 1 (Figura 6), el 62 % se debieron a robos (54 %) y extravíos de bultos (8 %) y ya en menor medida (17 %) a deficiencias en el embalaje. Es importante tener en cuenta que, además de considerar el riesgo del material radiactivo involucrado, en el caso de los robos y extravíos de bultos la escala INES penaliza en su clasificación los sucesos en los que los bultos no llegan a encontrarse.

Del análisis de los resultados de la clasificación INES de los sucesos respecto a los siguientes parámetros: material transportado, tipo de bulto, sector de actividad, modo de transporte y fase del transporte, se concluye que casi todos los sucesos nivel 0 implicaron a bultos del tipo A transportando radiofármacos para el sector médico y que la mayoría de los sucesos nivel 1 se debieron a robos  de bultos del tipo A que contenían equipos radiactivos móviles de aplicación industrial mientras el vehículo se encontraba aparcado en un transporte por carretera.

Análisis de las consecuencias de los sucesos

El análisis de las consecuencias producidas en los 100 sucesos se ha abordado distinguiendo entre los daños que se hayan producido a la carga, que se hayan producido en el medio de transporte, que hayan implicado daños físicos a las personas y que se hayan producido consecuencias radiológicas. Dichos análisis se han realizado teniendo en cuenta distintos parámetros fundamentales del proceso de transporte, como la fase en la que se produjo el suceso, los materiales radiactivos y tipos de bultos implicados, etcétera. Así, se produjeron daños a la carga en 31 casos, incluyendo conservadoramente 15 sucesos en los que los bultos fueron robados o extraviados y no llegaron a recuperarse. También cumplirían el criterio de daños a la carga los sucesos en los que se produjeron solo pequeños daños, como abolladuras en el embalaje exterior de los bultos, y que no impidieron que la remesa pudiera ser entregada en el destino inicialmente previsto. Esto supone que la media de sucesos con daños a la carga fue de aproximadamente dos al año. Asimismo, es interesante destacar que de los 31 sucesos en los que se confirmó el daño a la carga, en la mayoría (77 %) se vio afectado un único bulto, siendo cinco el número máximo de bultos afectados en un solo evento. La mayoría de los casos ocurrieron en las operaciones realizadas en las terminales de carga de aeropuertos (traslado en pista, carga y descarga), afectando a bultos del tipo A en los que se transportaban radiofármacos.

El análisis de los sucesos según los daños en el medio de transporte muestra que estos se produjeron en 34 casos de los 100. Como es de esperar, el 100 % de los daños ocurrieron durante la fase de transporte (traslado) y, más concretamente, en accidentes de tráfico durante el transporte por carretera. La mayoría de los vehículos de carretera que sufrieron daños eran vehículos ligeros (<1.5 Tm) En general, los daños al vehículo de transporte provocaron su inmovilización; es decir, el vehículo no pudo continuar el transporte, teniendo que ser sustituido por otro. No obstante, en algunos casos esa inmovilización, y la consecuente sustitución, fueron realizadas por la empresa de transporte aplicando un principio de precaución, no porque el vehículo no pudiera continuar la marcha. Cabe destacar que en la mayoría de los sucesos con daños al vehículo de transporte no se produjo daño a la carga. En cuanto a los daños físicos a las personas implicadas, es destacable que en ninguno de los 100 sucesos ocurridos las personas sufrieron daños derivados de la irradiación o contaminación, sino estrictamente físicos. Se han producido un total de 14 sucesos en los que se ha podido confirmar un daño físico a las personas, bien fuese el conductor, la tripulación o los miembros del público; 71 sucesos en los que no hubo consecuencias y 15 en los que no se pudo confirmar esta información (se corresponden con robos o extravíos de bultos en los que estos no llegaron a recuperarse). En los catorce sucesos con consecuencias, se produjeron un total de tres víctimas mortales (en tres sucesos diferentes) y catorce heridos.

La causa mayoritaria (64 % de los sucesos) fue el alcance con otro vehículo en un accidente de transporte por carretera. Finalmente, en relación con las consecuencias radiológicas, se han considerado como tales la contaminación radiactiva de superficies o de personas como resultado de la liberación del contenido de los bultos, o bien una exposición radiológica significativa de personas debido al daño o pérdida del blindaje del embalaje. Por exposición significativa, se ha entendido como tal aquella que haya supuesto una dosis relevante respecto a las dosis recibidas en la operación normal de un transporte o bien que se aproxime a los límites de dosis anuales definidos para el público o los trabajadores clasificados como expuestos.

Los resultados del análisis indican que únicamente en tres de los 100 sucesos ocurridos se han dado consecuencias de esta índole: en dos se produjo una exposición resaltable de personas y en el tercero se produjo una contaminación superficial de una zona. En ninguno de los sucesos ocurridos en el periodo de estudio se produjo la superación de los límites de dosis anuales de trabajadores clasificados como expuestos o del público, de acuerdo con la reglamentación vigente en el periodo de análisis [6]. Sobre la base de todo lo anterior cabe extraer una conclusión fundamental: en los bultos no sujetos a aprobación de diseño (exceptuados, industriales, tipo A), para los que la reglamentación no exige la superación de ensayos que simulan condiciones de accidente, su comportamiento ante un accidente grave suele superar las expectativas reglamentarias. Esto implica que el enfoque graduado de los requisitos que deben satisfacer los embalajes se muestra eficaz como herramienta para garantizar la seguridad del contenido de los bultos y por extensión de las personas y el medio ambiente.

Análisis de tendencias y actuación del CSN

Anteriormente se ha identificado que las clases de sucesos con mayor incidencia son los accidentes de tráfico (34 %), incidentes en terminales de aeropuertos (22 %), robos de bultos (15 %) y extravíos de bultos (10 %). A fin de observar la tendencia de estos sucesos a lo largo del periodo de estudio y determinar cómo ha influido en la misma la actuación del CSN, en la Figura 8 se muestra su media móvil1 a cinco años junto a la tendencia asociada al global de los 100 sucesos ocurridos en ese periodo. La evolución de la tendencia global presenta una primera fase de incremento continuado hasta el año 2008, momento en el cual se invierte comenzando su descenso. Esta disminución de la media móvil se ve frenada en el año 2016, que representa el año con la mayor incidencia del periodo de estudio, al producirse diez casos, el doble del promedio correspondiente al periodo de análisis (5 sucesos/año).

Esto puede considerarse como un hecho aislado, poco representativo de la tendencia, ya que a ese súbito incremento le sigue una estabilización en la media de cinco sucesos/año. La tendencia de los sucesos debidos a accidentes de tráfico se comporta de manera análoga a la global durante la primera fase de crecimiento, alcanzando una media móvil cercana a los 3 sucesos/año en la primera década del 2000. Tras dicho máximo, se observa una disminución y una estabilización alrededor de los 1-2 sucesos/año. El aumento de los accidentes de tráfico en la primera década del 2000 se debe al claro incremento de los transportes de monodosis diagnósticas desde radiofarmacias y de productos PET desde ciclotrones.

El incremento de este tipo de sucesos, además de las dosis operacionales asociadas al transporte de radiofármacos, fue una de las razones por las que en el CSN se consideraron prioritarias las inspecciones sobre este tipo de transportes, desarrollando un plan sistemático de inspecciones periódicas a los principales expedidores y transportistas. Se considera que la acción inspectora ha ayudado a la mejora en el desarrollo de estos transportes y, por tanto, a la reducción de los accidentes de carretera, a pesar del incremento de las actividades de radiofarmacia y de suministro de productos PET en la segunda década del 2000.

En la tendencia correspondiente a las incidencias en terminales aeroportuarias se observa una clara disminución a partir de 2005, pasando de una media móvil de 2-3 sucesos/año a prácticamente ningún caso en el primer quinquenio de la segunda década del 2000. Tras ese periodo, se ha producido un cambio puntual de la tendencia, con un incremento de la media móvil hasta 2017, momento en el cual vuelve a disminuir y se estabiliza en 1 suceso/año.

La clara disminución de los sucesos en las terminales de aeropuerto a partir del primer quinquenio del 2000 previsiblemente se debe a las medidas adoptadas por los operadores aeroportuarios a raíz de los contactos mantenidos por el CSN con las autoridades aeroportuarias y por el incremento de su acción inspectora sobre estas actividades. Respecto a los robos y extravíos de bultos, la tendencia ha mantenido un comportamiento estable, con un máximo en la media móvil de 1 suceso/año. 

Desde un punto de vista global, aparte del incremento de la acción inspectora sobre las actividades donde ocurren más sucesos, se considera que el desarrollo por el CSN de normativa reguladora específica ha contribuido a una mejora no solo en cuanto a la disminución de los sucesos sino también en relación con su gestión. En particular, cabe destacar: n La IS-34, publicada en 2012, en la que se definen requisitos en relación con la vigilancia de la carga y de los vehículos durante las operaciones de carga y descarga, para tratar de evitar los robos de bultos radiactivos, y con la disponibilidad de personas y medios para prestar ayuda en incidencias durante el transporte de material radiactivo. n La IS-42 sobre los criterios de notificación al CSN de sucesos en el transporte de material radiactivo. Comparativa con el contexto internacional Para hacer esta comparativa se consideran una buena referencia dos estudios de detalle que se han realizado en Reino Unido [7] y Francia [8], pues en ambos países se desarrollan actividades de transporte de material radiactivo similares a las llevadas a cabo en España. El número total de transportes es superior en estos países debido a su mayor población y el mayor peso del sector industrial, lo que en consecuencia se traduce en un mayor número absoluto de sucesos, por lo que se considera de interés la comparativa no en lo que respecta al número sino a las características principales de esos sucesos. Adicionalmente a esos dos estudios de detalle, a nivel europeo se dispone de un estudio realizado por la Comisión Europea [9]. Aunque en el propio estudio se reconoce una gran variabilidad en la información suministrada por los diferentes países que participaron en el análisis, las conclusiones más significativas coinciden con las resultantes de los otros dos estudios: 

  • La mayoría de los sucesos afectan a transportes de bultos exceptuados, industriales y tipo A con destino a los sectores médico e industrial, que utilizan el transporte por carretera. 
  • La mayoría de los sucesos fueron nivel 0 en la escala INES y ningún suceso de los reportados dio lugar a consecuencias graves para las personas por causa de la naturaleza radiactiva del material transportado.
  • En ninguno de los sucesos hubo evidencia de que los bultos que cumplían los requisitos de la normativa de transporte no ofrecieran suficiente protección en las condiciones de accidente.
  • El número de sucesos es bajo frente al número de transportes realizado.

A la vista de las conclusiones de estos estudios internacionales y del resultado de los análisis desarrollados para los sucesos ocurridos en España entre 2000 y 2020, se puede observar que la imagen global es coincidente; es decir, hay una clara similitud en la clase de sucesos frecuentes, el tipo de materiales y de bultos involucrados y los sectores más afectados, así como en la gravedad de esos sucesos, tanto si nos basamos en su clasificación INES como si lo hacemos en sus consecuencias.

Conclusión

En definitiva, junto a las conclusiones de detalle que han sido ya presentadas a lo largo del texto, queda patente con carácter general que el número de sucesos y su gravedad son bajos en comparación con el número de envíos, lo que confirma que tanto el marco regulador nacional como el internacional del transporte de material radiactivo funcionan adecuadamente y garantizan suficientemente la seguridad de la actividad.