El SISC parte de un planteamiento informado en el riesgo con atención a las tres áreas estratégicas que caracterizan la seguridad de una central nuclear: La seguridad nuclear, la protección radiológica, y la seguridad física.
La seguridad nuclear tiene en cuenta todas aquellas actividades que tienen por objeto garantizar el comportamiento de sistemas, equipos y componentes de una central con respecto a sus bases de diseño.
La protección radiológica tiene en cuenta todas aquellas actividades orientadas a la protección de trabajadores, del público y del medio ambiente frente a los efectos de las radiaciones ionizantes.
La seguridad física tiene en cuenta todas aquellas actividades dirigidas a la protección física de las instalaciones y de los materiales nucleares frente a actos malintencionados.
Nota: La supervisión de la seguridad física está aún pendiente de incorporación al SISC y, dado su carácter confidencial, sus resultados serán objeto en su momento de un tratamiento especial sin publicidad.
Las tres áreas estratégicas de atención del SISC, la seguridad nuclear, la protección radiológica y la seguridad física, son objeto de desglose en siete ámbitos prioritarios o pilares de seguridad.
Los siete pilares de seguridad se corresponden con los sucesos iniciadores, los sistemas de mitigación de daños al núcleo del reactor, la integridad de las barreras de protección, la preparación para emergencias, la protección radiológica ocupacional de los trabajadores, la protección radiológica de la población, y la seguridad física.
Los cuatro primeros pilares mencionados sustentan la supervisión del área estratégica de la seguridad nuclear, los dos siguientes del área estratégica de la protección radiológica y el último el área estratégica de la seguridad física.
La situación de cada pilar de seguridad es valorada por el SISC a través de los Indicadores de Funcionamiento y del Programa de Inspecciones.Adicionalmente, el SISC considera tres áreas transversales comunes a todas las áreas estratégicas y pilares de seguridad: comportamiento humano, cultura de seguridad y programa de acciones correctoras.
La supervisión de las áreas transversales permite extraer conclusiones sobre la actitud general de los titulares de las centrales nucleares en relación con la seguridad y su predisposición a solucionar las eventuales deficiencias de manera responsable.