CSN Ventanas a la sociedad - Alfa 44 Revista Alfa

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Alfa 44

El Consejo de Seguridad Nuclear cumple cuarenta años y con motivo de este importante aniversario hemos preparado un número especial de Alfa, que comienza repasando los momentos de mayor relevancia del CSN, más allá de la seguridad nuclear y protección radiológica, que han transformado al organismo a lo largo de estos ocho lustros hasta convertirlo en el regulador que es en la actualidad. 
También abrimos otra ventana al exterior de nuestras fronteras, pues las relaciones internacionales benefician el nivel de seguridad de las instalaciones gracias al intercambio de experiencias y buenas prácticas con organismos homólogos. Hacemos un repaso del papel internacional del CSN a través tanto de su participación en los diferentes foros en los que está presente como de los acuerdos bilaterales que mantiene.
La radiografía de este número especial nos muestra cómo está compuesto el Consejo a través de su organigrama. Una plantilla compuesta por más de 400 personas —de las que algo más de la mitad son mujeres— y que se organiza en dos direcciones técnicas y nueve subdirecciones, bajo la batuta del Pleno.
 
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Ventanas a la sociedad

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tiene como misión proteger a la población y al medio ambiente de los riesgos asociados a las radiaciones ionizantes y la actividad nuclear. Pero no sólo debe serlo, también debe parecerlo: para que la gente se sienta segura, tan importante es que el organismo garantice la seguridad de las instalaciones nucleares y radiactivas de España como que la sociedad sepa cómo y qué hace para conseguirlo. Además, debe sentir que el CSN es permeable ante sus preocupaciones y demandas.

Texto: Elvira del Pozo | periodista de ciencia 

L as personas que manifiestan una baja confianza institucional serán seguramente incapaces de percibir las actuaciones positivas que se producen desde el sector público”, indica la última encuesta sobre Percepción Ciudadana de los Servicios Públicos, publicada en 2019. También señala que la sensación de confianza y buen funcionamiento mejora cuando la gente siente que puede intervenir de alguna manera en el funcionamiento de un organismo. 

La participación en la soberanía de una entidad pública no sólo necesita de una ciudadanía bien informada sino también de un marco legal y de mecanismos democráticos que incentiven y canalicen esas voces interesadas. De esta opinión es Manuel Rodríguez, secretario general del CSN, que considera “claves las labores de información y los procesos que involucran a la sociedad en la toma de decisiones, para perfeccionar el funcionamiento del Consejo”. 

Desde su creación en 1980, el Consejo tiene entre sus funciones la de informar a la opinión pública y a las autoridades en materia de seguridad nuclear y protección radiológica. Por aquel entonces, en Europa había una corriente ciudadana muy crítica con la energía nuclear y se hacía necesario una apertura paulatina de un sector que no había tenido mucha consideración hacia esas voces críticas. Para llegar a todos, el CSN fue habilitando y consolidando iniciativas de información hasta llegar a las actuales dos vías diferenciadas de comunicación y divulgación, por un lado, y de transparencia y participación, por otro.

En la primera vía, se han ido creando canales de divulgación para un público no experto con iniciativas como el Centro de Información, la revista Alfa, las publicaciones y otras acciones informativas con cretas, como charlas y exposiciones, además de los contenidos adaptados que están disponibles en la web del CSN. En la segunda línea, se busca la transparencia institucional para lo que pone a disposición de los ciudadanos los documentos técnicos y las actas de las tomas de decisiones, entre otra mucha documentacións interna, y se han habilitado canales para que la gente pregunte, plantee sus dudas y demande información extra. 

Comité asesor

Divulgar contenidos complejos y tan sensibles como los referentes a la energía nuclear y la radiactividad no es tarea fácil. Además, si se pretende dar información veraz, creíble y neutral (dado que el Consejo no es un organismo creado para promover la energía nuclear), aun es más complicado. Por ello, a mediados de la década pasada, en 2010, la entidad creó la figura del Comité Asesor para la información y la participación pública, un órgano que le ayuda en el camino de ser cada vez más transparente y permeable a la sociedad, “huyendo de la arrogancia que parecía instaurada en el mundo científico hasta entonces”, explica Rodríguez, que también es secretario del Comité. 

Este foro reúne dos veces al año a representantes del Ministerio para la Transición Ecológica, del sector nuclear, de las comunidades autónomas con instalaciones nucleares, de las ONG, sindicatos, expertos independientes y profesionales de la comunicación. El objetivo es analizar entre todos aquellos temas que pueden ser de interés público y proponer al CSN actuaciones concretas. Fruto de las 19 reuniones que ha celebrado el Comité, se han concretado más de una decena de recomendaciones que incluyen desde el análisis de los Planes de Emergencia Nuclear en España, derivados del accidente ocurrido en Fukushima, hasta el desarrollo de un estudio demoscópico para identificar las expectativas de los grupos de interés relacionados con la seguridad nuclear y la protección radiológica en relación con la labor del CSN.

Asimismo, el Comité Asesor ha impulsado la publicación de, hasta la fecha, dos monografías. La primera de ellas se centró en el caso Palomares, la zona almeriense contaminada por la caída de cuatro bombas termonucleares estadounidenses en 1966. La segunda, publicada en 2016, está dedicada al transporte de material radiactivo, concretamente al combustible gastado y los residuos radiactivos.

550 títulos desde 1996

La elaboración de publicaciones es una de las piedras angulares del CSN para hacer llegar su know-how a la población. Desde instrucciones técnicas, hasta folletos más divulgativos dirigidos a determinados sectores profesionales para su seguridad radiológica, como el cuadríptico sobre la radiactividad en la chatarra donde se insta a “que no se manipulen algunos de los objetos que se pueden encontrar en los vertederos, como pararrayos, detectores iónicos de humos e indicadores con pintura luminosa”, explica Enrique Marabotto, asesor de Publicaciones del Gabinete Técnico de la Presidencia del CSN. 

Pero hay muchas más publicaciones, a mitad de camino entre lo técnico y lo divulgativo, que tocan temas diversos, como aquellas meramente informativas en las que se cuenta cuál es la metodología para medir la radiactividad en un terreno, dónde se encuentran los aparatos de la red de vigilancia radiológica ambiental y su función, y en qué consisten los simulacros de emergencia que se realizan en las centrales nucleares. Otras que explican cómo es la potabilización radiológica del agua y estudios radiológicos de determinadas industrias como la cerámica o las centrales de carbón, entre otras. Protocolos para el traslado y conservación de residuos, últimos avances en radioprotectores para las personas, estudios sobre la incidencia del gas radón en viviendas y caracterización sísmica de emplazamientos y evaluación de posibles daños potenciales, son algunos títulos más. También, está disponible toda la normativa y legislación referente a la temática nuclear y radiactiva. 

“Pese a que mayoritariamente se demandan normativas y guías científicas y técnicas, también existen peticiones por parte del sector educativo”, cuenta Marabotto. Para satisfacerlas, se editan documentos, folletos y carteles más divulgativos y adaptados a cada nivel formativo, desde colegios hasta universidades y ciclos de formación profesional. Los contenidos explican temas como el funcionamiento de las centrales nucleares, cómo se obtiene electricidad a partir de la radiación, el uso de radiaciones en medicina, los procesos de desmantelamientos de reactores que ya han llegado al final de su vida útil, cuáles son las radiaciones en la vida diaria y las dosis seguras. También se han editado en formato audiovisual estudios epidemiológicos que evalúan el posible impacto radiológico de las instalaciones radiactivas sobre la salud de la población, entre otros (se pueden visualizar en la web del CSN). 

Cada año, el Consejo de Seguridad Nuclear debe presentar a la Comisión parlamentaria ante la que rinde cuentas, el informe de las actividades realizadas y los sucesos acaecidos. Desde el año 2000, además del informe completo se publica un resumen ejecutivo y manejable de su contenido. Todo ello está accesible y a disposición de los ciudadanos en la web del CSN, como un ejercicio más de trasparencia e información. 

En total, el fondo del CSN cuenta con más de 550 títulos desde 1996, cuando se creó el área de Publicaciones como canal para fomentar el conocimiento de los temas relacionados con la radiación y dar a conocer las funciones del CSN. “La tendencia es ampliar la difusión, así que hay una apuesta clara por contenidos que respondan al interés, tanto del público general como técnico, de acceso gratuito y, en algunos casos, bilingües —español e inglés—”, apunta Marabotto. Para facilitar su difusión, todos pueden descargarse a través de la página web del CSN.  

Presencia en internet Aunque la website (www.csn.es) es mucho más que una biblioteca digital. Desde su renovación en 2015 para cumplir con las obligaciones de la Ley 19/2013, de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno, aspira a ser una ventana virtual a la que asomarse si se desea conocer las entrañas del organismo. El cambio de entonces estaba “enfocado en la mejora de la experiencia de los usuarios, la calidad y rendimiento del servicio, el acceso mediante diferentes dispositivos (ordenador, móvil, tableta) y la seguridad de la información”, según aseguraba una noticia del CSN publicada en esas fechas. Para ello, no sólo se eligió un diseño del portal institucional más moderno y ágil de manejar, sino que “seadaptaron y reorganizaron contenidos para que fueran asequibles para todo el mundo”, aunque ofreciendo progresivas capas de profundidad hasta llegar al máximo nivel de detalle. Se potenciaron las infografías y vídeos y se recreó una visita virtual de su Centro de Información.

Antes de 2015, el portal experimentó otros dos grandes cambios. El primero, en 2004, al incorporar el registro telemático; el segundo, en 2008, cuando se migró al alojamiento web Joomla, más estable y que permite modificar contenidos de manera sencilla, lo que le da dinamismo a la web. Además, se desarrolló la sede electrónica, que entró en servicio el 1 de enero de 2009.

la herramienta para todo el que necesite consultar informaciones relacionadas con el Consejo”, por lo que permite consultar los estados operativos de cada una de las centrales nucleares y los resultados de las inspecciones a las que se somete cada una de ellas. También están colgadas las actas de reuniones del Pleno del CSN y de las que mantiene el Consejo con otras instituciones, entre otras. Además, desde 2017, también hay un apartado específico de transparencia, en el que se puede consultar, por ejemplo, la agenda institucional de los altos cargos del CSN. 

También, desde 2015, se ha hecho un gran esfuerzo en mejorar la integración y prestaciones de la sede electrónica, que permite ya la gestión online de numerosos trámites administrativos. Y están disponibles las noticias del Consejo, las notas de prensa emitidas, así como la información correspondiente a los sucesos que acontecen en las centrales nucleares y las instalaciones radiactivas.

Especial interés tiene el buzón de consultas, que solo el año pasado recibió 1.609 peticiones de información, principalmente sobre cuestiones técnicas. La mayoría de las peticiones se refieren a cuestiones administrativas, siendo las más habituales las solitudes de información sobre licencias y acreditaciones de personal, seguidas de las consultas sobre instalaciones radiactivas médicas y de las de tasas. También, se reciben otras interesándose por datos radiológicos ambientales y otras cuestiones de interés más general. Además, llegan quejas diversas por cualquier motivo. Incluso se han recibido algunas más incisivas, como una que quería saber las indemnizaciones pagadas a los consejeros cesantes. Todas ellas se contestan.

Actualmente, el portal www.csn.es tiene unas 330 páginas, unos 500 contenidos web y unos 18.000 documentos. El número de visitas al trimestre se sitúa en unas 80.000, con unas 250.000 páginas visitadas, con unas 3,2 páginas de media por visita.

Otro instrumento de comunicación esencial es la publicación Alfa, revista de seguridad nuclear y protección radiológica, de periodicidad trimestral. Se edita tanto en papel como en digital y aglutina reportajes y entrevistas divulgativas, destinadas a lectores no especializados, artículos técnicos de mayor interés para el sector, y noticias institucionales. Alfa sustituye a una cabecera que editó anteriormente el CSN, llamada Seguridad Nuclear, que estuvo vigente entre 1996 y 2007, cuyos contenidos eran mucho más técnicos, dirigidos a personal conocedor de la materia. El motivo del cambio de nombre y concepto de la publicación fue aprovecharlo como un recurso informativo más del CSN para llegar a un público más amplio y lo más diverso posible. Entre ambas revistas ya se han editado 87 números.

Rapidez y veracidad

El Área de Comunicación es el responsable de redactar las notas de prensa que se mandan a los medios para trasladarles las incidencias que puedan producirse en alguna de las plantas nucleares y radiactivas, los acuerdos alcanzados en el Pleno y visitas institucionales, entre otros asuntos. También, da respuesta a las solicitudes de información y de entrevistas que les llegan desde los medios de la comunicación. Como resalta Natalia Muñoz, asesora de comunicación del CSN, “es imprescindible ocupar nuestro lugar como voz autorizada, dado que somos el único organismo competente en seguridad nuclear y protección radiológica. Nuestro objetivo es ser la fuente de referencia, como voz autorizada que somos, veraz e independiente en temas relacionados con la seguridad nuclear y la protección radiológica”. Se intenta, además, que esa información llegue a sus destinatarios tan pronto como sea posible, aunque a veces hay que sacrificar un poco de rapidez por esa veracidad. “Este es uno de los retos a los que creo que nos enfrentamos todos los gabinetes de comunicación. Como periodistas sabemos que nuestros compañeros de los medios necesitan la información cuanto antes mejor. Esta situación se agudiza en el momento en el que se produce un suceso o una emergencia. Es un equilibrio delicado que se mantiene ofreciendo información de forma permanente y siendo lo más transparente y honesto posible”, concluye Muñoz.

Esta actitud proactiva de dar a conocer cuando sea preciso acerca de la materia sensible con la que trabaja ha hecho que se le dé un papel protagonista a las redes sociales, en concreto Twitter y YouTube. El perfil @CSN_es, creado en 2011, tiene más de 6.700 seguidores y el canal de YouTube, de reciente creación, más de 160 suscriptores. Como señala Muñoz, ambos “nos ayudan a llegar a un mayor número de personas y perfiles diferentes”, con mensajes informativos, institucionales y de servicio público, aunque también con contenidos divulgativos y curiosidades relacionadas con la radiactividad y la energía nuclear. Además, “nos permiten un tipo de comunicación muy interesante, que es la comunicación bidireccional: no sólo podemos dirigirnos a nuestro público, sino que, además, podemos escucharlo de una forma muy directa y ver en qué podemos mejorar”.

La red de micromensajes también sirve para responder dudas que se trasladan al regulador y, especialmente este año, para dar a conocer hitos de las cuatro décadas de la historia del Consejo mediante la etiqueta #40CSN. En lo que se refiere a YouTube, los contenidos se distribuyen en diferentes listas de reproducción que incluyen tanto vídeos de elaboración propia como material de otras entidades homólogas al CSN y de organismos internacionales.

Otro canal más de información son las exposiciones divulgativas que crea el CSN. Por ejemplo, “las que se montaron sobre el radón y sobre radiología y salud, a iniciativa del Comité Asesor”, recuerda Manuel Rodríguez. Además, se organizan jornadas abiertas al público en general, como las que versan sobre el código ético del CSN y las lecciones aprendidas desde Fukushima, también propuestas por el Comité. Además, el Consejo participa como ponente en charlas y en congresos y ferias nacionales e internacionales mediante módulos y expositores.

Como se ve, los puentes de comunicación tendidos por el CSN hacia la sociedad son múltiples y por ello, como concluye Rodríguez, se puede decir que el organismo “ha mejorado mucho en información y transparencia”, aunque también reconoce que “todavía queda mucho por hacer y trabajamos para afrontar el reto de la participación ciudadana”.