CSN Almacenamiento geológico profundo (AGP)

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Almacenamiento geológico profundo (AGP)

Almacenamiento geológico profundo

La solución considerada más favorable y segura por la comunidad técnica hoy en día para la última etapa de la gestión de los residuos de alta actividad, ya se trate de elementos combustibles irradiados o de residuos de alta actividad vitrificados, es la del almacenamiento profundo en instalaciones de ingeniería subterráneas, en el interior de formaciones geológicas estables.

En esencia, esta solución consiste en el aislamiento de los residuos mediante la interposición de una serie de barreras en instalaciones de almacenamiento a profundidades generalmente alrededor de los 500 metros, donde los residuos se introducen primero en contenedores de metal extremadamente duraderos y resistentes a la corrosión u otras formas de degradación durante muchos años y, posteriormente, éstas se disponen en galerías en formaciones geológicas estables, taponadas con materiales absorbentes y rodeadas de terreno de baja permeabilidad y con gran capacidad de retención. El confinamiento y aislamiento del medio ambiente del residuo los proporcionan tanto el contenedor en el que se introduce el residuo antes de colocarlo en la instalación de almacenamiento definitivo como las diversas barreras tecnológicas adicionales y la barrera natural que supone la roca receptora. El almacenamiento geológico profundo (AGP) constituye así la solución más segura en términos de seguridad física, presentando una mínima vulnerabilidad al robo o sabotaje en comparación con el resto de soluciones de almacenamiento.

El almacenamiento geológico puede llevarse a cabo en distintas formaciones geológicas, siendo los tipos de roca mejor estudiados las arcillas, la sal y las rocas duras magmáticas, metamórficas o volcánicas, tales como granito, gneis, basalto o toba. La profundidad a la que debe emplazarse el material a eliminar depende en gran medida del tipo de formación escogida y la capacidad de aislamiento de las formaciones por encima de aquella. Para la disposición en roca dura, la profundidad habitual de diseño está entre 500 y 1.000 metros y se intentan utilizar zonas de la formación rocosa que estén poco fracturadas y no presenten fallas.

La característica que define al almacenamiento definitivo, en contraposición al almacenamiento temporal, es que no existe la intención de recuperar el material residual y no existe o es mínima la dependencia de controles activos de la instalación a largo plazo. Es decir, la instalación de almacenamiento definitivo se cierra y sella sin ser necesaria la existencia de una instalación adicional en funcionamiento en la superficie, permitiendo así que el almacenaje de los residuos en estas instalaciones sea permanente. En cualquier caso, siempre existe la opción de mantener vigilada la instalación de almacenamiento y su medio ambiente circundante durante el período que se estime necesario, y la instalación puede ser diseñada de manera que en el futuro se pueda recuperar el material guardado si fuera necesario.

La primera instalación de almacenamiento geológico profundo (AGP) en operación es la de WIPP en Nuevo Méjico, Estados Unidos, para residuos de larga vida provenientes del programa militar americano.