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Residuos de baja y media actividad

Residuos de media y baja actividad

Los residuos radiactivos se clasifican en diferentes categorías teniendo en cuanta su niveles de radiactividad, el periodo radiactivo de los radionucleidos que mayoritariamente contengan y la gestión final prevista o ya implantada.

Atendiendo a la clasificación vigente, en España se denominan residuos radiactivos de baja y media actividad a aquellos cuyos principales radionucleidos tienen un periodo de semidesintegración inferior o igual a  30 años (vida corta o media). Su contenido de radiactividad se sitúa en general entre algunas decenas de Bq/g (bequerelios por gramo) y unos 1000000 Bq/g, y su contenido en radionucleidos de periodo de semidesintegración superior a 30 años es muy bajo y está limitado. Su radiactividad dentro de algunos cientos de años habrá decaído y podría ser comparable a los niveles de la radiactividad natural existente en la superficie de  la tierra.

En España, estos residuos radiactivos de baja y media actividad (vida corta o media) se originan fundamentalmente en la operación y en el desmantelamiento de las centrales nucleares y otras instalaciones nucleares. También se generan pequeñas cantidades en las instalaciones médicas e industriales que utilizan materiales radiactivos.

Existe desde 2008 una gestión final diferenciada para los residuos de baja y media actividad (vida corta o media) cuando solo alcanzan unas concentraciones de actividad del orden de 10 a 1000 Bq/g. A estos residuos radiactivos se les ha denominado residuos radiactivos de muy baja actividad (vida corta o media) y su generación sucede mayoritariamente  durante el desmantelamiento de las instalaciones nucleares.

Se generan también en España residuos radiactivos de muy baja actividad de vida larga, como consecuencia de las actividades de minería y fabricación de concentrados del uranio necesarios para la fabricación del combustible nuclear. Los radionucleidos componentes de estos residuos pertenecen a las cadenas de desintegración del uranio (238) y torio (232) y tienen en general periodos de semidesintegración muy elevados. En España la gestión de este tipo de residuos radiactivos se lleva a cabo hasta la fecha mediante el apilamiento y la estabilización in situ en las propias instalaciones productoras.

Las cantidades de residuos radiactivos de estas categorías que se generan o que se han generado en España pueden consultarse en el 5º Informe Nacional sobre la Convención Conjunta de Seguridad en la gestión del Combustible Gastado y los Residuos Radiactivos y en el 6º Plan General de Residuos radiactivos aprobado por el Gobierno de España en 2006.