CSN Guardianes de la seguridad - Alfa 60 Revista Alfa

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Alfa 60

El número 60 de la revista Alfa centra su atención en diversos aspectos de la física nuclear y la seguridad en instalaciones nucleares. Se destacan los estudios sobre neutrones realizados en España y Europa, concretamente en el Centro Nacional de Aceleradores (proyecto HISPANoS) y el CERN (proyecto n_TOF). Además, se conmemoran los 40 años de la Inspección Residente del CSN, cuyo papel ha sido crucial en la mejora continua de la seguridad nuclear en España. También se celebra el 40 aniversario de Enresa, la empresa nacional de residuos radiactivos, resaltando sus logros en el desmantelamiento de centrales como Santa María de Garoña y la gestión eficiente del centro de El Cabril.

Otro tema central es el proyecto ITER, un ambicioso esfuerzo internacional para el desarrollo de la fusión nuclear, analizando sus avances y desafíos. La revista también aborda el proyecto GO-MERES, una colaboración entre el CSN y la Universidad Politécnica de Madrid para simular el comportamiento del hidrógeno en contenciones nucleares. Se incluyen análisis sobre las diferencias entre los elementos combustibles de centrales PWR y BWR, un repaso al proyecto EXradón sobre la exhalación de radón en materiales de construcción, y una presentación del Instituto de Fusión Nuclear Guillermo Valverde. Finalmente, se dedica un espacio a la figura de Werner Heisenberg y su contribución a la mecánica cuántica.

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Guardianes de la seguridad

La Inspección Residente celebra el 40 aniversario de su creación. Se trata de una unidad de vigilancia permanente en las centrales nucleares en España, fundamental para que operen con seguridad. 

Texto: Eugenia Angulo | Fotos: CSN

La Inspección Residente del CSN cumple cuatro décadas de funcionamiento en España con una misión principal: supervisar de manera continua y directa las operaciones de las centrales nucleares. Desde 1984, los inspectores residentes han desempeñado un papel fundamental en la vigilancia y el cumplimiento de la normativa de seguridad nuclear y de protección radiológica, garantizando que las instalaciones nucleares operen dentro de los parámetros de seguridad establecidos. Esta labor se basa en una rigurosa supervisión diaria y en la verificación de los protocolos de emergencia y las mejores prácticas de operación y mantenimiento de acuerdo con la legislación vigente. Así, el programa ha jugado un papel decisivo en la mejora continua de la seguridad en las instalaciones nucleares españolas.

El pasado junio se produjo un nuevo enfrentamiento entre Irán y los países occidentales en torno al programa nuclear iraní. Los miembros del Organismo Internacional de Energía Atómica aprobaron una resolución, con los votos en contra de Rusia y China, que censuraba a Irán por su reiterada falta de cooperación desde hace años respecto a un tema crucial: la inspección. De hecho, la inspección de las instalaciones nucleares por parte de los organismos reguladores es fundamental para garantizar su operación con seguridad y para cumplir con los tratados internacionales. En España, el CSN creó y puso en marcha en 1984, hace ahora cuarenta años, el programa de Inspección Residente para reforzar la supervisión y seguridad de las centrales nucleares. Desde entonces, Guardianes de la seguridad La Inspección Residente celebra el 40 aniversario de su creación. Se trata de una unidad de vigilancia permanente en las centrales nucleares en España, fundamental para que operen con seguridad. La Inspección Residente del CSN cumple cuatro décadas de funcionamiento en España con una misión principal: supervisar de manera continua y directa las operaciones de las centrales nucleares. Desde 1984, los inspectores residentes han desempeñado un papel fundamental en la vigilancia y el cumplimiento de la normativa de seguridad nuclear y de protección radiológica, garantizando que las instalaciones nucleares operen dentro de los parámetros de seguridad establecidos. Esta labor se basa en una rigurosa supervisión diaria y en la verificación de los protocolos de emergencia y las mejores prácticas de operación y mantenimiento de acuerdo con la legislación vigente. Así, el programa ha jugado un papel decisivo en la mejora continua de la seguridad en las instalaciones nucleares españolas. un equipo de inspectores se encarga de realizar inspecciones diarias y de supervisar in situ la operación de cada una de las plantas para asegurar que cumplen con la legislación vigente, así como con las condiciones de operación de cada una de ellas. Durante estas cuatro décadas, el programa se ha convertido en uno de los pilares decisivos para garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares españolas y la protección radiológica de la población y el medioambiente. «En un principio, la Inspección Residente se planteó para solucionar un problema puntual en la central nuclear Cofrentes. El pleno que había entonces en el CSN decidió enviar a un inspector con un objetivo muy concreto. Posteriormente, se analizó y se concluyó que podía ser bueno que hubiera un inspector residente en cada una de las centrales y, a partir de ahí, se fue instalando el programa con el objetivo de tener una persona por central», explica Teresa Vázquez Mateos, directora técnica de Seguridad Nuclear del CSN. El referente en el que se inspiró España para crear su propia Inspección Residente fue el organismo regulador de Estados Unidos, la Nuclear Regulatory Comission (NRC, por sus siglas en inglés), que entonces ya contaba con inspectores residentes. «Nuestro organismo de referencia internacional siempre fue la NRC, porque el diseño de nuestras centrales era estadounidense, nuestras centrales de referencia eran las estadounidenses, y también lo era la normativa de referencia que se utilizó para su licenciamiento. Cuando se creó el CSN también lo hizo a imagen y semejanza del organismo regulador americano. Ellos tenían inspectores residentes y tratamos de copiar esa idea», añade. El resto de los países con centrales nucleares también cuenta con programas de inspección, pero no todos tienen inspectores de forma diaria en las plantas. Francia, por ejemplo, no cuenta con inspectores residentes como tales, sino que su organismo regulador tiene sedes regionales desde las que hacen inspecciones a las centrales. 

Los ojos y oídos del CSN

En la actualidad, el programa cuenta con doce inspectores residentes en las centrales nucleares actualmente operativas: dos en Cofrentes, dos en Trillo, tres en Almaraz, dos en Vandellós II y tres en Ascó. En Santa María de Garoña hay un inspector residente y en Juzbado, que no es una planta de producción de electricidad sino una instalación nuclear que fabrica elementos combustibles, no existe la figura del inspector residente, pero sí recibe inspecciones mensuales. Además, el programa cuenta con otros tres inspectores en la sede del CSN en Madrid, que llevan a cabo las inspecciones mensuales de Juzbado y labores de refuerzo cuando algún miembro del personal está de baja, hay sobrecargas y es necesario enviar a alguien más. Hay dos tipos de inspectores: el residente y el residente adjunto. Las centrales que tienen dos unidades, como Ascó y Almaraz, tienen tres inspectores: un residente y dos residentes adjuntos. «Esto también ha evolucionado. Al principio, solo había un residente, pero a partir de los años noventa se comprobó que tenían muchas responsabilidades y era necesario un refuerzo. Fue entonces cuando se decidió enviar a dos personas. Con posterioridad, se aprobó que hubiera tres personas en las centrales con dos reactores», explica Vázquez. Los inspectores tienen una limitación temporal – actualmente es de diez años– para estar en la instalación, antes era de cinco años aproximadamente, pero se decidió cambiar para dar más estabilidad a los puestos. Pasado este plazo, los inspectores tienen que cambiar de central o prestar servicio en la sede del CSN en Madrid. En total, a lo largo de estas cuatro décadas de funcionamiento, la Inspección ha estado formada por medio centenar de técnicos altamente cualificados. Uno de ellos es el actual presidente del CSN, Juan Carlos Lentijo.

En el acto de celebración de las cuatro décadas de funcionamiento del programa, celebrado recientemente en el CSN, Lentijo señaló que esta unidad «es parte de la esencia de nuestra labor de supervisión y uno de los pilares que sustentan nuestra capacidad para actuar rápida y eficientemente frente a cualquier situación. Además, es un ejemplo de dedicación constante a la supervisión directa y permanente de las actividades nucleares en España». La función principal de estos «ojos y oídos» del CSN en las centrales nucleares es la supervisión directa de todas las actividades de la instalación que tienen relación con la seguridad nuclear y la protección radiológica, evaluar el cumplimiento de los requisitos de seguridad e informar al CSN sobre cualquier desviación o incidente. «Los inspectores supervisan e inspeccionan todas las actividades con impacto en la seguridad, que tenemos obligación de supervisar o que están afectas a los procedimientos de supervisión. Además, también existe inspección desde el CSN, pero son ellos los que están en el día a día», explica Vázquez. Los inspectores residentes tienen acceso a cualquier área de las plantas y su movimiento es completamente autónomo. Pueden entrar en cualquier parte cuando así lo consideren. Todos los días, cuando llegan a la central, acceden al programa de acciones correctoras, verifican qué condiciones anómalas han abierto, hacen un recorrido por planta, se reúnen asiduamente con el director de la central, tienen una serie de requisitos o procedimientos de vigilancia a ejecutar: al mes o cada trimestre realizan una planificación de inspecciones que pueden ser de seguridad nuclear o de protección radiológica. «Después, trimestralmente, hacen un acta de inspección, valoran sus hallazgos, asisten a reuniones con el titular, por ejemplo, con los comités de seguridad del explotador, acuden a la sala de control, supervisan el estado de la central, comprueban qué alarmas hay... Es una labor de supervisión directa, diaria, de vigilancia continua», añade. Además, también llevan a cabo una labor relevante de comunicación pública y tiene un papel importante en actividades relacionadas con los planes provinciales de emergencia exterior. La comunicación de los inspectores residentes con la sede del CSN en Madrid es diaria y continua. Todas las mañanas hay una llamada del jefe de área de la Inspección Residente en la que participa el resto del grupo del CSN. En ella se comunica si ha habido cualquier tipo de incidencia o situación y, adicionalmente, si hay algún tema específico o de licenciamiento. También se comunican con la jefatura de proyecto presente en Madrid. «Además, cada trimestre, se reúnen todos los inspectores residentes en Madrid o en cualquiera de las instalaciones, con la asistencia de la subdirectora de centrales. En ocasiones yo también asisto, cuando hay algún tema específico que queremos tratar. Son reuniones de coordinación para homogeneizar la forma y el tratamiento de los distintos asuntos», desgrana Vázquez. Puesto que están en las centrales y tienen una actividad diaria de supervisión, su formación es específica y generalista a la vez. «Cuando el inspector llega a una central nueva, primero se tiene que adaptar a ella y conocerla, porque no todas las centrales son iguales. Luego existe una segunda parte de formación en temas genéricos de supervisión, pero sin entrar en tanto detalle como los especialistas del CSN. Son más generalistas y especialistas en temas de operación de la central, cuestiones de supervisión, mantenimiento...», explica. 

En el CSN, todas las áreas tienen una formación específica y otra común al personal que realiza labores de supervisión, relacionada con temas de inspección, protección radiológica, etc. Para que los inspectores puedan operar de forma autónoma y moverse libremente por las instalaciones sin la supervisión del regulado, también reciben formación obligatoria sobre la propia instalación, relacionada con protección radiológica, emergencias, etc., que tienen que aprobar.

Los hallazgos

El Sistema Integrado de Supervisión de Centrales (SISC) es una herramienta fundamental para los inspectores residentes. El CSN implementó este sistema en 2007, también basándose en el modelo estadounidense, para mejorar la supervisión de las centrales nucleares en España. El SISC se basa en un conjunto de indicadores de funcionamiento de las centrales y de procedimientos de inspección que permiten una observación continua del comportamiento de la planta y la evaluación de los re - sultados de las inspecciones. Cuando identifican un incumpli - miento, que denominan «desvia - ción», deben reflejarlo en el acta de inspección, y valorarlo desde el punto de vista del impacto en la seguridad o en la protección radiológica. «En nuestro sistema de supervisión, valoramos lo que encontramos y, en función del im - pacto que tenga, llevamos a cabo las actuaciones pertinentes», de - talla Vázquez. En caso de detectar alguna desviación preocupante, el inspector debe contactar de forma inmediata con el CSN para su va - loración. Los hallazgos de los inspectores re - sidentes se dirigen al SISC, donde se valoran todas las desviaciones y no solo las que provienen de su unidad. Los resultados de los indi - cadores se clasifican en cuatro ni - veles de importancia, atendiendo a la seguridad: muy baja (verde), de baja a moderada (blanco), sustan - cial (amarillo) y alta (rojo). El CSN publica los resultados de forma tri - mestral para cada una de las centrales en su página web.

Sistema muy sistemático y basado en resultados

Vázquez destaca que lo fundamental, en estos cuarenta años de programa, es «que lo hemos hecho mucho más sistemático». Cualquier modelo im - plica dificultades al principio y se va mejorando con el tiempo. «Obser - vamos mucho lo que hacen en Es - tados Unidos. En los años noventa, empezaron a implantar un sistema de supervisión y decidimos trasla - darlo aquí. Es un sistema muy sis - temático y basado en resultados, es decir, mantenemos una supervisión de base sobre la instalación que, en principio, si no pasa nada o solo se detectan cosas pequeñas, con poco impacto sobre la seguridad, no re - quiere acciones de refuerzo. Por el contrario, si se identifican cuestiones relevantes, es preciso intensificar el proceso de supervisión. En ese sentido, la Inspección Residente es una parte clave del proceso de supervisión, porque cuentan con una serie de procedimientos muy sistemáticos y, además, pueden detectar cualquier incidencia con cierta rapidez, mucha más que si solamente estuvieran presentes cada quince días o una vez al año. En mi opinión, la Inspección Residente ha mejorado mucho su forma de hacer, también, porque entre | REPORTAJE | ellos intercambian experiencias. En este sentido, han sido muy importantes las reuniones trimestrales, sobre todo, de cara a homogeneizar sus actuaciones. Esto es clave: debemos ser previsibles y homogéneos, y actuar con un criterio equivalente para todas las instalaciones». En la evolución del sistema se ha incorporado un programa de intercambio que permite a los inspectores acudir durante una semana a otra instalación, para comprobar in situ cómo hacen las cosas allí. «Eso también ayuda a mejorar y permite aportar en una instalación los conocimientos que se adquieren en otra diferente», valora Vázquez. Evidentemente, las cosas se afinan a medida que se ejecutan con intención de mejora, porque, tal como senteencia la directora técnica de Seguridad Nuclear del CSN, «todo es mejorable. Siempre». En este sentido, relata que, en 2023, «hicimos un proceso de autoevaluación de la inspección en general, del sistema de supervisión de centrales, en el que participaron también inspectores residentes aportando sus valoraciones sobre temas diversos y se elaboró un plan de acción». Ahora están en el proceso de implantar las acciones de mejora identificadas. «No todas están dirigidas a la inspección, pero algunas sí les afectarán para tratar de mejorar. Muchas van dirigidas a la caracterización de las desviaciones, a la homogenización de criterios, etc.», afirma. En definitiva, es un programa fundamental para el CSN. «Nos permite tener una supervisión muy directa y conocimiento al detalle de las cuestiones que están ocurriendo en las instalaciones. Eso, ya de por sí, es un hecho relevante que ayuda en la toma de decisiones diarias», concluye.