La central nuclear de Ascó (Tarragona) ha realizado el preceptivo simulacro anual, conforme a los requerimientos establecidos en su Plan de Emergencia Interior (PEI), con la participación de la Organización de Respuesta ante Emergencias (ORE) del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

La actuación del Consejo de Seguridad Nuclear se ha desarrollado desde la Sala de Emergencias (SALEM), realizando el seguimiento del estado de planta y de las actuaciones del titular para la recuperación de las condiciones de seguridad.

El ejercicio se ha iniciado a las 08:18 horas con la declaración de alerta de emergencia debido a la pérdida completa de alimentación eléctrica (exterior y la interior), que ha ocasionado también el fallo de los generadores diésel de alimentación eléctrica de emergencia en la unidad I por lo que la extracción de calor del reactor se llevó a cabo a través de los generadores de vapor.

Posteriormente, se simuló la pérdida de extracción de calor por lo que el titular de la central trató de recurrir, sin éxito, a la utilización de medios portátiles disponibles (bombas y generadores principalmente). Estos medios se implantaron en esta central como resultado de las lecciones aprendidas del accidente de Fukushima (Japón). La simulación incluyó daños en el combustible y en el sistema de refrigeración del reactor.

Como consecuencia de los daños producidos en el combustible del núcleo del reactor por la pérdida de alimentación eléctrica, se ha simulado una emisión de material radiactivo al exterior que no hubiera supuesto ningún riesgo para la población debido a las medidas preventivas que se han adoptado.

Finalmente el titular recuperó la fuente de energía eléctrica interior de la unidad I (generador diésel) y con ello la disponibilidad de la refrigeración de los generadores de vapor y de la capacidad de inyección de agua de refrigeración al sistema primario y a la vasija del reactor.

Durante el ejercicio, el titular ha activado el Plan de Vigilancia Radiológica de Emergencia (PVRE) en el exterior de la central que supone la toma de muestras y realización de mediciones en el entorno y ha contado con la Unidad Militar de Emergencias (UME) para prestar apoyo en la gestión de la emergencia.

Asimismo, el CSN ha recomendado a la subdelegación del Gobierno en Tarragona la adopción de medidas contempladas en el Plan de Emergencia Nuclear de Tarragona (PENTA): evacuación de la población en un radio de 5 kilómetros de la central y profilaxis y confinamiento de la población en un radio de 10 kilómetros. Además, se ha simulado la activación de las Estaciones de Clasificación y Descontaminación (ECD) de Maials y Falset y la activación de las Áreas Base de Recepción Social (ABRS) de Reus y Lleida hacia las que se dirigiría la población evacuada.

También se han simulado tres heridos dentro de la planta, dos de ellos con heridas leves y el tercero sin contaminación pero con diversos traumatismos y parada cardiorrespiratoria por lo que ha tenido que ser evacuado al hospital correspondiente. Asimismo se encontró a una persona que estaba desaparecida y se confirmó que no estaba contaminada pero que debido a las quemaduras que presentaba iba a ser evacuado al centro médico para su evaluación.

Adicionalmente el CSN ha activado sus organizaciones de apoyo exterior: Unidad Técnica de Protección Radiológica (UTPR) para su incorporación a las ECD, unidades móviles de vigilancia radiológica ambiental del Ciemat y de la Junta de Extremadura, unidad móvil de dosimetría interna de Tecnatom y Enresa.

La central ha llegado a simular la declaración de “emergencia general” (categoría 4) de su Plan de Emergencia Interior y por su parte, el CSN ha activado a todos los grupos de apoyo de su Sala de Emergencias (SALEM), tal y como establece el “modo 2” de su Organización de Respuesta ante Emergencias.

Un suceso de esta naturaleza habría sido clasificado como accidente de nivel 5 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).