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Información preliminar
Antecedentes
Los átomos son las partículas más pequeñas en que puede dividirse un elemento químico manteniendo sus propiedades. En el núcleo de cada átomo hay dos tipos de partículas (neutrones y protones) que se mantienen unidas.
La energía nuclear es la contenida en el núcleo de un átomo, que mantiene unidos neutrones y protones y se puede utilizar para producir electricidad.
Pero primero la energía debe ser liberada. Ésta energía se puede obtener de dos formas: fusión nuclear y fisión nuclear. En la fusión nuclear, la energía se libera cuando los átomos se combinan o se fusionan entre sí para formar un átomo más grande. Así es como el Sol produce energía. En la fisión nuclear, los átomos se separan para formar átomos más pequeños, liberando energía.
Las centrales nucleares utilizan la fisión nuclear para producir electricidad.
En las centrales nucleares el proceso de fisión tiene lugar dentro del combustible nuclear, ubicado en el reactor. Los elementos resultantes del proceso de fisión quedan confinados en los propios elementos de combustible. Una vez agotado el uranio fisible, estos elementos se retiran del núcleo como combustible gastado. La minería del uranio, la fabricación de los elementos de combustible y la gestión del combustible gastado forman parte de lo que se denomina ciclo del combustible nuclear.
Por otra parte, además del propio combustible gastado, los procesos de obtención de energía nuclear, así como otros procesos industriales o médicos, dan lugar a la generación de residuos radiactivos.
Tanto las instalaciones en las que se produce energía nuclear, como el resto de instalaciones del ciclo de combustible y las instalaciones de gestión de residuos están sujetas a control regulador.
Para ampliar información sobre este apartado, pueden consultarse las siguientes monografías: la energía nuclear, el combustible nuclear y su ciclo y residuos radiactivos.