CSN María Teresa Macías, presidenta de la Sociedad Española de Protección Radiológica - Alfa 51 Revista Alfa

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Alfa 51

Neutrones para iluminar la intimidad de la materia

En los reportajes divulgativos de este número, se incluye un análisis sobre la covid persistente, un fenómeno que ha sorprendido a los profesionales de la medicina. Nos adentraremos también en la instalación generadora de neutrones más potente del mundo, un centro de investigación multidisciplinar de última generación que entrará en funcionamiento en Suecia en 2027.

Podrás pasear con nosotros por el mundo del cine y la televisión y ver cómo se ha utilizado la energía nuclear para dar sentido científico a poderes extraordinarios como los que ostentan Godzilla, Hulk o Spiderman.

A través del resto de reportajes conocerás la historia de un reducido número de reguladores radiológicos y nucleares de países iberoamericanos que hace 25 años decidieron crear una de las primeras asociaciones en ese ámbito, el FORO. Además, abordamos la nueva definición del kilogramo a partir de la constante de Planck en el Sistema Internacional de Medidas. 

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María Teresa Macías, presidenta de la Sociedad Española de Protección Radiológica

 

María Teresa Macías Domínguez se licenció en Ciencias Biológicas y realizó una breve estancia en los National Institutes of Health (Washington), donde se especializó en protección radiológica. A este ámbito ha dedicado su vida profesional, dentro del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB, centro mixto CSIC-UAM), donde ingresó en 1989. En 1993 asumió la coordinación de todas las instalaciones radiactivas del CSIC y desde 2001 es jefe del Servicio de Protección Radiológica del IIB. Ha participado y dirigido numerosos proyectos de investigación, impartido cursos y publicado artículos científicos en revistas internacionales, siempre en el campo de la protección radiológica y la gestión de residuos radiactivos. En 1990 ingresó en la Sociedad Española de Protección Radiológica (SEPR), la asociación de profesionales que utilizan radiaciones ionizantes, donde ha colaborado desde su incorporación en diferentes actividades: coordinó su revista Radioprotección entre 1994 y 1998, fue secretaria general de 2006 a 2010 y vicepresidenta de 2019 a 2021. El pasado año fue elegida presidenta de la organización. Además, en la actualidad es miembro de la delegación española del Comité UNSCEAR.

“Cualquier trabajo con radiaciones ionizantes debe estar sometido al principio básico de la justificación”

 

PREGUNTA: ¿Cuándo nació la SEPR?

RESPUESTA: El año pasado celebramos el 40 aniversario y nació por iniciativa de unos cuantos expertos, que identificaron una serie de cuestiones y decidieron unirse para resolverlas e iniciar una hoja de ruta. La verdad es que lo hicieron con mucha ilusión, con muchas ganas de trabajar, y nos fueron convenciendo a los demás, a los que en aquel momento éramos jovencitos y 40 años después hemos pasado de un grupo de diez o doce socios, que fueron los pioneros, a los 708 o 709; que está muy bien. Uno de aquellos pioneros era nuestro socio fundador, Emilio Iranzo, que falleció el año pasado.

P: Pero la gente que se dedica a actividades sometidas a medidas de protección radiológica son muchos más, ¿no?

R: Claro. Una de las cualidades, la característica más específica que tiene la SEPR, es su carácter multidisciplinar. O sea, unimos a un colectivo de profesionales que trabaja en diferentes sectores: en sanidad, en industria, en el sector nuclear, en investigación, en el organismo regulador… Por eso, aunque tengamos un 35 % de socios del sector sanitario, hay muchos más profesionales que trabajan en ese sector y lo que ocurre es que muchos están vinculados a la Sociedad Española de Física Médica (SEFM), porque se sienten más identificados. Lo mismo ocurre en la industria, con los trabajadores de radiografía y gammagrafía industrial. Hay muchísimas empresas, pero no todas están afiliadas a la sociedad.

P: ¿Hay socios individuales y colectivos?

R: Sí, sí. Tenemos los socios de número, esos 708 o 709, y 25 socios colaboradores que son la base económica en cierta medida para el desarrollo de las actividades que la sociedad lleva adelante. De hecho, uno de los objetivos que tiene la actual junta directiva es intentar implicarlos más en la sociedad, que ellos se sientan más partícipes y que el hecho de ser socios y colaborar con nosotros sea un valor añadido a su actividad. No simplemente que aparezca su logo en nuestras publicaciones o en los documentos de difusión de nuestras actividades, sino que realmente sientan que reciben algo de la SEPR.

P: ¿Y hay presencia de gente joven?

R: Es la apuesta que estamos haciendo ahora, tanto nosotros como juntas directivas precedentes, es por nuestros socios jóvenes. Ellos son el presente y el futuro. Tenemos que apostar por ellos, porque nuestra sociedad, como ocurre en el Consejo y en muchas instituciones, está en puertas de hacer un relevo generacional. Entonces tenemos que hacer esa transmisión del conocimiento. Ellos son muy receptivos y además en muchas ocasiones nos aportan mucha ilusión. Ven caminos nuevos que nosotros no vemos, quizás porque tenemos un modo de hacer más tradicional. Entonces estamos intentando facilitarles la participación en todas las actividades, tanto de la Sociedad como de sociedades afines. Tenemos un programa de ayudas y becas que hemos implementado y hemos establecido una serie de premios para los trabajos fin de grado, el fin de máster y a los mejores trabajos de investigación.

P: ¿Cuáles son sus objetivos?

R: Nuestra hoja de ruta viene determinada por nuestro Plan Estratégico. En enero publicamos el primer informe de seguimiento del actual, que es el Plan 2019-2023, y hemos realizado más del 50 % de actividades. Este documento se sustenta en cinco palancas. La primera son los socios, que es nuestra fortaleza. La segunda es la imagen de la sociedad, que también es un tema prioritario. La tercera son las relaciones institucionales; la cuarta la relación con otras sociedades científicas, tanto de ámbito nacional como internacional y, por último, las actividades.

P: ¿Cuáles son esas actividades?

R: Formación y divulgación principalmente. Organizamos cursos para nuestros socios y otros profesionales, diferentes jornadas sobre temas que respondan a los intereses de cada momento y un congreso bienal con la SEFM. El próximo será en abril de 2023 en Oviedo. Trabajamos muchísimo en temas de divulgación y una de las secciones de nuestra página web es Pregunta a la SEPR y hemos llegado a 1.500 preguntas. Esa es una sección abierta al público y tenemos un grupo de expertos voluntarios trabajando en esa sección para contestar. Han hecho un trabajo extraordinario y han identificado aquellas preguntas que más inquietan a los ciudadanos y una de las áreas temáticas que más inquietud genera son las radiaciones no ionizantes. Todos los temas relacionados con la telefonía móvil y hemos elaborado dos infografías. Una enfocada a centros de formación secundaria y universidades, y otra más enfocada a los medios de transporte. También hemos publicado un decálogo con diez recomendaciones para reducir posibles efectos de la telefonía móvil.

P: ¿El transporte por qué?

R: No por las radiaciones que emita el propio transporte sino por la acumulación de usuarios. En el autobús, el metro o el tren. Yo a veces hago en el metro un screening rápido y cuento las personas que no van mirando el móvil. Antes contaba las que miraban el móvil, pero ahora tardas menos contando las que no lo miran. Se trata de llamar la atención, porque hay mucha gente que vive pegada al móvil.

P: Creía que las radiaciones no ionizantes no eran su objetivo.

R: Sí, la SEPR cuenta con un grupo de trabajo de radiaciones no ionizantes. Y se trabaja también en colaboración también con el Grupo de No Ionizantes de IRPA y con el área temática correspondiente de la plataforma PEPRI, que compartimos con el Consejo.

P: Pero ningún estudio ha detectado que las ondas de radio tengan efectos sobre la salud.

R: No hay evidencias científicas, pero tampoco hay evidencias de que sean absolutamente inocuas. En ningún momento decimos que no se utilice el móvil, que es una herramienta fundamental, no sólo de comunicación, sino de trabajo y ocio. No podemos renunciar al móvil, pero sí hacer un uso adecuado. Hemos presentado estos documentos en una reunión que hemos tenido en el Ministerio de Sanidad hace unas semanas y la acogida ha sido extraordinaria. Nos han pedido esos documentos porque los van a difundir en las diferentes consejerías de sanidad y en otras sociedades científicas.

P: En cualquier caso, responde a una preocupación que existe en la sociedad.¿Existe la misma preocupación social por las radiaciones ionizantes?

R: Sí, sí. Tú planteabas el tema de la radiofobia, que es un miedo irracional a las radiaciones. El doctor García Bernardo, jefe de psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón, decía que la radiofobia se cura con una información veraz, clara y autorizada. Un médico debe explicar al paciente el equilibrio entre los beneficios y los riesgos de la radiación. Tenemos una subvención del Consejo de Seguridad Nuclear para llevar a cabo un proyecto para elaborar diferentes pósteres enfocados a medicina nuclear, pediatría y radiodiagnóstico y protección radiológica en estos sectores. Son mensajes sobre qué no se debe hacer y de medidas de protección. Pero son tres flases, nada de un texto, sino que con una inspección visual cualquier persona lo identifique y tranquilice a ese padre que va con el niño al hospital, porque le van a hacer una prueba.

P: Aún así, no es sencillo eliminar esa prevención.

R: Indudablemente no es un tema fácil. Y mucho más difícil aún convencer a la población de un pueblo donde se va a poner un almacén temporal de residuos, cuyo riesgo radiológico es mínimo.

P: Y desde el punto de vista contrario a la radiofobia: uno va al médico y le dice que se tiene que hacer un TAC o una radiografía y nunca le pregunta cuántas radiografías lleva hechas ese año.

R: Bueno, el médico prescriptor lo sabe porque está en la historia clínica de cada uno. Indudablemente si ve que ya se han realizado más pruebas diagnósticas de las que serían adecuadas, se cuestionará y valorará si es conveniente realizar otras o no. Cualquier trabajo que utilice radiaciones ionizantes debe estar sometido a ese marco del principio básico de la justificación, que en el área sanitaria es un principio fundamental.

P: ¿No tiene la impresión de que se hacen demasiadas radiografías?

R: Somos conscientes de que hay que hacer un uso racional de los procedimientos médicos. Hasta un 30 % de las pruebas radiológicas solicitadas no aportan información relevante y muchas podrían haberse evitado. Ahora bien, yo confío plenamente en el buen hacer de los profesionales médicos y estoy segura de que ellos se mueven bajo el criterio de justificación. Estamos organizando una jornada de protección radiológica del paciente para dar a conocer todas las estrategias que los hospitales en España están llevando a cabo para fomentar la justificación, para prevenir la repetición de pruebas innecesarias. Llevamos desde 2012 trabajando de manera constante en esa línea de protección del paciente, con notas técnicas sobre el tema.

P: A lo largo de la historia la ICRP ha ido recomendando límites de dosis cada vez más estrictos. ¿Cómo está actualmente la situación?

R: La Comisión Internacional de Protección Radiológica para emitir sus recomendaciones tiene en cuenta los informes emitidos por la UNSCEAR, que es el organismo encargado de los biológicos radioinducidos y depende de Naciones Unidas. Yo formo parte de la representación española con Ana Hernández, que es la jefa de Gabinete de la Dirección Técnica de Protección Radiológica del Consejo. UNSCEAR publica informes todos los años en base a los nuevos conocimientos científicos. Sobre esos conocimientos se van actualizando las recomendaciones que hace.

P: Siempre a la baja.

R: Claro, si hay evidencias de que es preciso reducir el límite. Las últimas recomendaciones contemplan la reducción de límite de dosis significativas para el cristalino, porque se han acumulado durante años evidencias de que los especialistas de radiología intervencionista recibían una dosis significativa en los ojos, por la posición en la que trabajan, y se habían identificado una serie de efectos deterministas.

P: ¿Con qué rapidez se aplican las recomendaciones de ICRP?

R: Como su nombre indica, no son de obligado cumplimiento, esas recomendaciones tienen que ser recogidas en la normativa. Las últimas, las de la ICRP 103, están recogidas en la Directiva 2013. Y aunque el Reglamento de Protección de la Salud todavía no se ha publicado, desde el momento en el que se aprobó la directiva las instalaciones ya adecuaron sus medidas de protección al nuevo sistema de limitación de dosis.

P: ¿Se investiga también en protección radiológica en España?

R: Este es también uno de los objetivos de esta Sociedad, impulsar la investigación en protección radiológica. De ahí surge la constitución de la plataforma PEPRI, en la que tenemos un papel muy activo y ostentamos la Secretaría General, y que tiene diez áreas temáticas abiertas. Y quiero agradecer la implicación de la consejera Elvira Romera para impulsar esta plataforma. Se llevan a cabo muchas líneas de investigación, tanto en el Ciemat como en otros centros de investigación, universidades y hospitales.

P: ¿Son conscientes los trabajadores de los peligros de las radiaciones ionizantes y adoptan las medidas adecuadas de protección radiológica o tienden a relajarse?

R: Yo diría que en general sí, porque se llevan a cabo muchísimos programas de formación. Ahora bien, hay sectores profesionales en los que se precisa todavía más desarrollo formativo, porque en ocasiones, aunque un trabajador tenga esa formación, las prisas llevan a bajar la guardia y dar lugar, como ha ocurrido, a pequeños incidentes radiológicos. Los mensajes se transmiten de forma permanente y eso hace que se les vaya restando importancia. Por eso hemos puesto en marcha un proyecto para reforzar esa cultura de seguridad en las instalaciones. La SEPR está impulsando la cultura de seguridad en los diferentes sectores profesionales.

P: ¿Se cumple el criterio ALARA?

R: Desde luego, trabajar por la optimización que es lo que pretende el concepto ALARA, es el objetivo de todos los que nos dedicamos a la protección radiológica. En esto juega un papel fundamental la cultura de seguridad y en el sector nuclear está muy arraigada. También se está empezando a integrar en el sector sanitario, pero ahí tenemos aún que trabajar más; y es preciso desarrollarla en el sector industrial. Pero ALARA es un concepto que no acaba nunca, siempre hay margen de mejora.

P: Sobre la sección Pregunta a la SEPR ¿cuándo se puso en marcha y cuántas preguntas reciben?

R: Se puso en marcha entre los años 2011 y 2012 y recibimos entre 30 y 35 preguntas al mes; es decir, se atiende como mínimo una pregunta al día. Ahora, como hemos detectado preguntas que se repiten nuestros expertos han elaborado unas respuestas que están disponibles en la web. Esta sección nos ayuda a identificar qué les preocupa y qué les interesa tanto a los profesionales como al público y decidir qué actividades y cursos programar.

P: ¿Qué temas son más demandados?

R: Recibimos muchísimas de pacientes, personas que se van a hacer una prueba diagnóstica o someterse a un tratamiento con radiaciones ionizantes. Y depende también del momento. Por ejemplo, cuando empezó la guerra de Ucrania nos preguntaban por la seguridad de sus centrales nucleares.

P: ¿Es consciente la sociedad de la presencia de la radiación natural en su entorno?

R: Tenemos un grupo de trabajo también de radiación ambiental y organiza unas jornadas bienales; la última en el mes de junio en Málaga. Es uno de los temas en los que hacemos divulgación. Y tenemos un grupo de trabajo dedicado al radón que ha elaborado una presentación divulgativa sobre sus posibles riesgos, que está publicada en nuestra página web. Y, por supuesto, ofrecemos nuestra disposición para participar en el desarrollo del Plan Nacional de Radón que elabora el Ministerio de Sanidad y está prácticamente terminado, esperando a que se apruebe el Reglamento de Protección de la Salud.