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Calibración y verificación de la instrumentación de radioprotección para la medida de la radiación y contaminación en instalaciones radiactivas
La Instrucción IS-28, de 22 de septiembre de 2010, del Consejo de Seguridad Nuclear, sobre las especificaciones técnicas de funcionamiento que deben cumplir las instalaciones radiactivas de segunda y tercera categoría, establece los requisitos para garantizar un adecuado nivel de seguridad y protección radiológica en el funcionamiento de las instalaciones radiactivas con fines científicos, médicos, agrícolas, comerciales o industriales. La especificación técnica I.6 dispone que “La vigilancia radiológica de la instalación se realizará mediante detectores de radiación/contaminación apropiados. Se establecerá un programa de calibraciones y verificaciones de los sistemas de detección y medida de la radiación, teniendo en cuenta aspectos como recomendaciones del fabricante, recomendaciones del laboratorio de calibración que efectúe las mismas, resultados de las verificaciones periódicas, amplitud y severidad de uso, condiciones ambientales, exactitud buscada en la medida, etc. Para el establecimiento de este programa se podrá tomar como base las recomendaciones contenidas en la norma UNE EN 30012-1 o su equivalente ISO 10012-1”. La Guía de Seguridad del CSN GS-05.17 Calibración y verificación de la instrumentación de radioprotección para la medida de la radiación y contaminación, de 7 de diciembre de 2022, se ha elaborado con el objeto de facilitar a las instalaciones radiactivas el cumplimiento de la especificación técnica I.6 de la Instrucción IS-28, estableciendo recomendaciones para confeccionar un adecuado procedimiento de calibración y verificación y seleccionar monitores de radiación apropiados en función de las características específicas de la instalación radiactiva.
Texto: Fernando Andrés López | Inspector del Área de Inspección de Instalaciones Radiactivas del CSN
El descubrimiento de las radiaciones ionizantes, llevado a cabo por la comunidad científica entre finales del siglo XIX y principios del XX, propulsó el uso de las mismas en los campos de la medicina y de la investigación.
Desde el inicio de su utilización se observaron los primeros efectos nocivos para la salud, en científicos, médicos y pacientes. En las primeras décadas del siglo XX el conocimiento obtenido sobre el riesgo para la salud del uso de las radiaciones ionizantes puso de relieve la necesidad de buscar mecanismos de protección para las personas que pueden verse sometidas a las mismas, ya sea por su trabajo o como pacientes en tratamientos médicos.
1. Monitores de radiación
Para poder llevar a cabo esta tarea de protección era fundamental poder medir la radiación a la que se está expuesto. En 1911, el físico escocés Charles Thomas Rees Wilson inventó la cámara de ionización. En 1928, los físicos alemanes Hans Geiger y Walther Müller, desarrollaron el tubo Geiger-Müller, que podía detectar radiación alfa y beta, e incluso gamma. En décadas posteriores se desarrollan los contadores proporcionales, de centelleo y semiconductores, siendo muy significativos los avances a finales del siglo XX y principios del XXI, permitiendo disponer de equipos más precisos, con mayores rangos de medida, más portátiles, para usos en atmósferas explosivas, etc. Toda esta instrumentación hace posible la medida de distintas magnitudes y unidades de medida relacionadas con la radiación ionizante para diferentes usos y necesidades.
Uno de los elementos prioritarios e indispensables para asegurar la protección radiológica del público y los trabajadores y las trabajadoras frente a las radiaciones ionizantes es disponer de una instrumentación para la medida de la radiación, con diferentes acepciones: monitor de radiación, detector de radiación, instrumentación de radioprotección, equipo de medida de la radiación, dosímetro personal, etc.
Estos dispositivos nos permiten medir las tasas de dosis (μSv/h), la actividad radiactiva (cps), la actividad superficial (contaminación, en bequerelios) y la dosis absorbida (Sv), unidades radiactivas básicas para la toma de medidas.
El uso de estos dispositivos es fundamental en las instalaciones radiactivas y se utiliza para un amplio rango de acciones, entre las que destacan:
- Clasificación de zonas radiológicas.
- Actuaciones en emergencias radiológicas.
- Sistemas de seguridad en recintos blindados.
- Evaluación de los riesgos de los trabajos que impliquen exposición a radiaciones ionizantes.
- Medida de las dosis debidas a exposición a radiaciones tanto para los trabajadores como para el público.
- Comprobación de blindajes.
- Medida de contaminación superficial.
- Control de acceso a zonas con potencial irradiación.
- Control previo de hermeticidad.
- Comprobación de fugas de equipos generadores de radiación.
- Medida rápida de contaminación exterior individual.
- Espectrometría e identificación de radioisótopos, etc.
En la actualidad, los monitores de radiación son empleados en centrales nucleares, instalaciones radiactivas del ciclo del combustible y del ámbito industrial, médico, investigador, docente, aduanero, etc. El personal de Consejo de Seguridad Nuclear y el personal técnico de instalaciones nucleares y radiactivas, entre otros, son usuarios de este tipo de equipamiento.
El número de dispositivos que se utilizan en organismos e instalaciones radiactivas es muy significativo. La diversidad tecnológica de los mismos y la variedad de fines para los que se usan, hace necesario disponer de un mínimo conocimiento para garantizar y asegurar el uso idóneo.
Una parte fundamental para un correcto mantenimiento y uso de los monitores de radiación es el establecimiento de procedimientos que aseguren una correcta verificación y una adecuada calibración.
2. Instalaciones radiactivas
En relación a las instalaciones radiactivas, el Consejo de Seguridad Nuclear, establece los requisitos que éstas deben cumplir en cuanto al equipamiento de radioprotección, a través de las especificaciones técnicas de sus autorizaciones, entre otros muchos aspectos.
En las décadas de 1970 y 1980, las especificaciones técnicas de funcionamiento que debían cumplir las instalaciones radiactivas de segunda y tercera categoría, en cuanto a los monitores de radiación, establecían en las resoluciones de autorización el siguiente requisito: “La instalación dispondrá de detectores de radiación y contaminación adecuados para la vigilancia radiológica ambiental, los cua les serán verificados y calibrados periódicamente”. Posteriormente, en los años 90, se añadió “La calibración se efectuará por un laboratorio legalmente acreditado”.
A partir de la publicación de la instrucción del CSN IS-28, de 22 de septiembre de 2010, se debe dar cumplimiento a la especificación I.6 citada anteriormente.
Debido a la variedad de instalaciones, a los diferentes fines del uso de los monitores de radiación y a la diversidad de los profesionales que manejan estos dispositivos, es indispensable contar con documentación de apoyo que ayude a la elaboración de procedimientos de calibración y verificación, la elección de los monitores de radiación más adecuados y el uso de las unidades de medidas correctas, entre otras cosas.
Existen multitud de tipos de instrumentos de medida de la radiación ionizante. Los hay fijos para medida de tasas de dosis ambientales y/o direccionales, portátiles para medida de tasas de dosis ambientales y/o direccionales y/o contaminación superficial, dosímetros personales electrónicos (también denominados dosímetros de lectura directa), para medida de radiación gamma y/o beta y/o neutrónica, equipos para la realización de espectrometría, etc. Todos estos aspectos se han tenido en cuenta a la hora de elaborar la Guía de Seguridad 5.17.
3. Guía de seguridad 5.17
En esta Guía se recoge la experiencia acumulada desde la creación del CSN, en el año 1980, en relación a los monitores de radiación, tanto en el uso propio por parte del personal del CSN como en cuanto a su utilización en las instalaciones radiactivas.
A lo largo de estos años, se ha podido comprobar el auge existente en el desarrollo tecnológico de este tipo de dispositivos y la necesidad intrínseca de un uso apropiado de los mismos para asegurar una adecuada protección radiológica de los trabajadores expuestos, del público en general y del medio ambiente.
El uso y el mantenimiento de los mismos requiere de unos requisitos mínimos que no siempre se cumplen de forma apropiada si no se dispone de la formación e información suficiente.
Dicha Guía se centra en su mayor parte en proporcionar la información necesaria para la elaboración de los procedimientos de calibración que incluyan una elección correcta de la misma, redactar protocolos de verificación adecuados a las necesidades de la instalación, los elementos a considerar a la hora de seleccionar la instrumentación apropiada, las acciones necesarias para que los usuarios de los mismos tengan la seguridad de que las medidas que están llevando a cabo son lo más eficientes posibles, etc.
3.1 Proceso de elaboración
Para la elaboración de la Guía 5.17 se ha utilizado toda la experiencia acumulada en el Consejo de Seguridad Nuclear en relación con la evaluación e inspección y de los aspectos relacionados con la instrumentación de radioprotección. Se ha revisado la documentación técnica interna; los documentos emitidos por organismos reguladores homólogos al CSN, como la National Regulatory Commission; y publicaciones realizadas por el Organismo Internacional de la Energía Atómica y por la Organización internacional para la normalización (ISO/IEC) a través de sus normas técnicas. Así mismo se ha contado con la colaboración de algunas instalaciones radiactivas, unidades técnicas de protección radiológica, servicios de protección radiológica y laboratorios de metrología de radiaciones ionizantes.
El proceso de redacción se llevó a cabo entre marzo de 2020 y junio de 2021. Tras la fase de comentarios internos se redactó el borrador 1 a finales de febrero de 2022. Después del análisis de 130 comentarios externos, remitidos al CSN por las instituciones y grupos con interés en la materia, se procedió a la emisión del borrador 2, en junio de 2022. En diciembre del mismo año se publicó la versión final de la misma
3.2 Estructura
La Guía de Seguridad se compone de los siguientes apartados:
Preámbulo
1. Objeto y ámbito de aplicación
2. Definiciones
3. Consideraciones generales
3.1. Calibración en un laboratorio acreditado
3.2. Calibración en un laboratorio certificado
3.3. Verificación
4. Métodos de verificación
5. Informe de verificación
6. Requisitos aplicables a las instalaciones radiactivas para la calibración y la verificación
7. Referencias bibliográficas
Anexos
I. Instrumentación de radioprotección
II–VII. Verificaciones
VIII. Cálculo de la eficiencia en un monitor de contaminación superficial
IX. Procedimiento para calibración y verificación de la a instrumentación de radioprotección
A continuación, se presentan los principales asuntos que se tratan en los distintos apartados:
- En el Preámbulo de la Guía se indica la importancia que tiene el equipamiento de radioprotección, así como la finalidad y la relevancia de los procesos de calibración y verificación. Igualmente, se incluye el contenido literal de la especificación técnica I.6 detallada en la Instrucción del CSN IS-28.
- En Objeto y ámbito de aplicación se indica que la finalidad del documento es facilitar la información necesaria a los titulares de las instalaciones radiactivas para que lleven a cabo la elaboración un procedimiento de calibración y verificación que permita un adecuado uso y mantenimiento de los mismos y una selección del equipamiento de medida más apropiado a cada tipo de instalación. Se incide en el tipo de instrumentación al que va dirigida la Guía, que son todos aquellos equipos que se usen en las instalaciones radiactivas para medida de tasa de dosis equivalente ambiental o direccional, dosis acumulada, actividad radiactiva y contaminación superficial. Igualmente, se establece que la Guía no se aplica a aquellas fases previas a la comercialización.
- En Definiciones se detalla, respecto de la Guía, el significado de los términos verificación, calibración, laboratorio acreditado, fuentes de referencia e instrumentación de radioprotección.
- En el apartado de Consideraciones generales se trata de aclarar las diferencias entre laboratorios de calibración acreditados y laboratorios de calibración certificados, criterios para la elección de una adecuada calibración y para el establecimiento de la periodicidad de la calibración, etc. También se referencian las normas técnicas que deben seguir esos instrumentos y la necesidad de disponer de un certificado de calibración emitido por un laboratorio metrológico acreditado o laboratorio de calibración certificado (frente a fuentes radiactivas o calidades de haces de rayos X) a la hora de adquirir el instrumento. Respecto a la verificación, se establecen criterios a seguir por parte del personal que realice la prueba de verificación, y los materiales necesarios y, además, se identifican aspectos como la reproducibilidad, repetitividad, geometría y distancia.
- En Métodos de verificación se desarrollan las metodologías más habituales de verificación, basadas en las que habitualmente se usan en organismos reguladores, instalaciones radiactivas, servicios de protección radiológica y unidades técnicas de protección radiológica. También se define lo que es una fuente de referencia y, en función de la misma y de otras características de la instalación, qué tipo de verificación puede ser llevada a cabo. En diferentes subapartados se dividen y comentan las distintas fases de las que se compone un proceso de verificación.
- En el apartado Informe de verificación se detalla qué datos se deben incluir en los informes y en Requisitos aplicables a las instalaciones radiactivas para la calibración y la verificación se resumen los requisitos mínimos que se deben cumplir para llevar a cabo una adecuada metodología para la calibración y verificación de la instrumentación de radioprotección.
- El Anexo I, Instrumentación de radioprotección, se divide en dos apartados. El primero Características básicas de los instrumentos de radioprotección, que se desarrolla de forma más amplia posteriormente (Elección del monitor de radiación), y el segundo, Instrumentación de radioprotección en función del tipo de radiación y/o contaminación, que muestra las diferentes tecnologías existentes para la medida de los distintos tipos de radiación.
- En los Anexos II al VII se aportan fichas de verificación con diferentes metodologías, para facilitar la implementación de dicho proceso a la instalación radiactiva de manera rápida y sencilla. Estas fichas incluyen verificación frente a fuente radiactiva encapsulada con decaimiento, verificación frente a fuente radiactiva encapsulada con muy largo periodo de decaimiento, verificación frente a monitor de referencia, uso de la constante gamma y verificación frente a fuentes radiactivas no encapsuladas.
- En el Anexo VIII se detalla cómo efectuar un cálculo de eficiencia.
- En el Anexo IX se proporciona un documento tipo sobre la estructura que debe definir un procedimiento de calibración y verificación, así como los diferentes apartados mínimos que debe incluir.
Calibración
La calibración es un proceso mediante el cual se puede establecer la relación entre los valores indicados por un instrumento y los correspondientes valores conocidos de un patrón de referencia. Es un proceso, que, cumpliendo con ciertos requisitos técnicos, es considerado fundamental para conocer cómo se comporta un equipo en diferentes rangos de medida respecto a una fuente radiactiva.
isponer como mínimo de un certificado de calibración emitido por el fabricante, por un laboratorio de calibración certificado o por un laboratorio de calibración acreditado. La gran mayoría de fabricantes disponen de laboratorios de calibración certificados. Tanto éstos como los laboratorios de metrología de las radiaciones ionizantes acreditados deben cumplir con una serie de especificaciones que se desarrollan en la Guía de Seguridad. Los laboratorios de calibración certificados cumplen con ciertas características, reseñadas en la Guía, que les hacen ser de mucha utilidad y competencia. En cuanto a los laboratorios de calibración metrológica de las radiaciones ionizantes, deben disponer de acreditación en la norma ISO/IEC 17025 o una acreditación internacional emitida por la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM) u organismo similar. En España, actualmente, existen cuatro laboratorios de este tipo de acreditación. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) de Madrid, el Instituto de Técnicas Energéticas (Inte) de Barcelona, el Centro Nacional de Dosimetría (CND) de Valencia y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de Madrid.
Los laboratorios de metrología acreditados aportan ciertas ventajas, como el disponer de un reconocimiento de su competencia técnica por un organismo de acreditación y reconocimiento internacional de los resultados, o disponen de algún aval de los resultados ante clientes y administraciones y se evalúa la competencia técnica del personal.
Los laboratorios de calibración certificados asociados a fabricantes disponen de certificación de sus sistemas de gestión de calidad (ISO 9001) en calibración de instrumentos de medida de radiaciones ionizantes, certificado de trazabilidad metrológica a patrón primario y/o nacional, que asegura la trazabilidad posterior y disminuye los errores, fuentes radiactivas que correspondan al tipo de radioisótopo recomendado por las normas ISO. Los criterios generales de trabajo de estos laboratorios se deben basar en la ISO/IEC 17025 (o en la norma ANSI/NCSL-Z-540.3) y, al estar asociados a fabricación, conocen a la perfección sus equipos y son los únicos que pueden reparar y ajustar.
Las calibraciones realizadas en estos laboratorios son necesarias y de utilidad en función de las características de la instalación radiactiva, los procedimientos de calibración y verificación evaluados en el CSN, casos de reparación y/o ajuste, calibración tras fabricación, etc. No pueden ser usados en sustitución de las calibraciones requeridas en un laboratorio metrológico acreditado que así estén establecidas en el programa de calibración de la instalación.
Antes de proceder a la calibración de un instrumento es necesario conocer las fuentes patrón del laboratorio y clarificar cuál de las siguientes magnitudes son las de interés: tasa de dosis equivalente personal, dosis equivalente personal, tasa de dosis equivalente ambiental y direccional, dosis equivalente ambiental y direccional y actividad superficial. Además, habrá que tener en cuenta tipos y características de los radioisótopos y calidades de haces de rayos X.
La instalación radiactiva debe seleccionar el radioisótopo o calidad de haz de rayos X igual a la principal fuente radiactiva/equipo emisor de radiación presente en la instalación. Hay que señalar que para los equipos diseñados bajo las normas IEC y para medida de tasa de dosis equivalente ambiental, en caso de calibrar frente a una fuente encapsulada de 137Cs, si la respuesta del monitor está dentro de tolerancias, se puede afirmar con cierta seguridad que lo será también para el rango de energía para el que ha sido diseñado. De igual importancia es elegir calibraciones para los rangos o escalas de medida con presencia o potencial presencia en la instalación, aunque en este caso lo normal es que se calibre en cuatro/cinco rangos de medida.
Con estos datos y las necesidades de medida de nuestra instalación y capacidades del equipo de medida, se puede proceder a la elección de una calibración lo más correcta posible.
Los resultados nos proporcionan, entre otros datos, dos puntos clave del estado de nuestro equipo. En primer lugar, la desviación respecto al valor convencionalmente “verdadero” y un “factor de calibración” para obtener la medida más exacta posible.
Los valores obtenidos deben estar dentro de las tolerancias que se indican en las normas. En tasa de dosis equivalente ambiental y direccional, la variación de la respuesta del equipo no debería superar el -15 % y +22 % para radiación debida a partículas beta y fotones, y -17 % y +25 % para neutrones, del valor convencionalmente verdadero establecido por el laboratorio y, si es así, habrá que prestar atención al comportamiento del equipo y tomar las acciones oportunas (comprobar anteriores calibraciones para comparar con la desviación inicial, mandar a reparar al fabricante, seguimiento periódico, disminución de los períodos de calibración, aumento de la periodicidad en verificación...). Si se supera el 40 % se debe enviar el monitor al fabricante a reparar o darlo de baja. Para monitores de contaminación, la respuesta respecto a la tasa de emisión superficial no debería diferir en más de un 20 % (conjunto de detección/monitor más sonda) -25 % (monitor de contaminación) del valor fijado por el fabricante para el radionucleido especificado y en las mismas condiciones de uso.
La periodicidad recomendada para la calibración es extremadamente variable. Puede ser suficiente con una primera calibración (o calibración en origen) hasta una calibración periódica anual o bienal. Va a depender de tantos factores que debe ser el usuario del mismo el que establezca la sistemática, siendo el CSN, en último lugar, el que evalúe si es o no adecuada.
Algunos de estos factores son:
- Recomendaciones del fabricante
- Condiciones ambientales de uso
- Riesgo radiológico asociado al tipo de trabajo
- Lugares de uso del equipo (laboratorio, fábricas, campo...)
- Alcance de uso (vigilancia radiológica ambiental, detectar contaminación, altas radiológicas hospitalarias...)
- Intensidad de uso
- Tasas de dosis máximas a cuantificar (desde instalaciones con valores de unidades de µSv/h hasta instalaciones donde se pueden llegar a mSv/h o valores superiores)
- Fiabilidad de la verificación periódica
6. Verificación
La verificación es otro de los procesos de importancia para el mantenimiento y uso de un instrumento de medida de la radiación. Podemos definirla como el proceso por el que se comparan las medidas proporcionadas por el instrumento con las de un equipo calibrado y de calidad metrológica igual o superior al equipo a verificar, o bien los valores de un patrón conocido, con el fin de confirmar que el equipo mide con un error menor al especificado por el fabricante o menor del requerido para la realización de un determinado trabajo.
Es fundamental en este proceso establecer cuál es nuestra fuente de referencia o patrón interno. Estas fuentes pueden ser fuentes radiactivas encapsuladas (con periodos de semidesintegración cortos, medios o largos), fuentes radiactivas no encapsuladas, equipos generadores de radiaciones ionizantes y fuentes naturales de radiación.
Con la verificación periódica podemos afirmar que nuestro equipo sigue midiendo con la suficiente seguridad como para el fin que nos es necesario. Dicho proceso puede ser realizado de muy diversas maneras, ampliamente explicadas en la Guía. Hay que tener en cuenta el tipo de instalación, el riesgo radiológico y la finalidad del equipo de medida, entre otros aspectos. Por ejemplo, en el caso de instalaciones cuya información buscada sea fuente irradiando/fuente blindada, no necesitamos una verificación exhaustiva, únicamente funcional. En aquellas donde el monitor de radiación se usa para la búsqueda de fuentes radiactivas, los criterios de exactitud no son tan importantes y es práctico y útil que el equipo sobreestime. En las instalaciones donde sea necesario una precisión mayor en la medida, el procedimiento de verificación debe ser más preciso y robusto, estableciendo criterios específicos para que, en caso de que los resultados se desvíen de los rangos esperados, se tomen las acciones pertinentes, desde aumentar la periodicidad de la calibración a usar otras fuentes de referencia o mandar el equipo al fabricante, calibrarlo, etc.
La verificación puede ser realizada tanto por la propia instalación como por entidades externas (fabricantes, unidades técnicas de protección radiológica, servicios de protección radiológica, etc). Cuanto mayor sea la periodicidad de nuestra verificación, mayor y mejor conocimiento tendremos del estado de nuestro equipo. Por ello, es recomendable establecer verificaciones al menos de manera semestral.
La Guía de Seguridad 5.17 indica diferentes metodologías para seguir un procedimiento de verificación que cumpla con unos requisitos mínimos. Puesto que las guías no son de obligado cumplimiento, los usuarios pueden seguir métodos y soluciones diferentes al contenido de las mismas, siempre y cuando estén debidamente justificados.
7. Elección del monitor de radiación
La Guía de Seguridad 5.17 también incluye criterios sobre las características que hay que observar a la hora de elegir el instrumento de radioprotección más apropiado. Este debe ser seleccionado en función del tipo y características de la emisión de radiación principal en la instalación. Hay que tener en cuenta el tipo de radiación que el equipo puede medir, el rango energético que es capaz de detectar, el rango de medida (debería cubrir hasta los potenciales riesgos radiológicos que puedan ocurrir en la instalación), la eficiencia (respuesta en función de la energía y/o radioisótopo), la respuesta angular y la magnitud/unidad de medida buscada. Otras características a tener en cuenta son el tiempo de respuesta, la sensibilidad, el factor de conversión, la geometría de eficiencia (2π o 4π), el límite de escala en unidades, la saturación, la escala logarítmica o lineal y analógica o digital, la facilidad de uso, la iluminación, el audio, la respuesta a diferentes ambientes (temperatura, humedad, campos magnéticos, radiofrecuencias, etc.), la batería, el tamaño, el peso, la portabilidad, la robustez, la fiabilidad, la utilidad y los costes de mantenimiento.
Si en la instalación se dispone de una fuente de radiación que emite a 50 kV, no puede adquirir un equipo cuyo rango de energía comience en 80 kV; si en la instalación se dispone de una fuente de radiación beta, no se puede adquirir un equipo que mida sólo radiación gamma; si en nuestra instalación se pueden esperar resultados de medida desde pocos μSv/h hasta Sv/h o centenares de μSv/h, el equipo no debe saturarse a 250 μSv/h; si la principal medida que se precisa hacer en la instalación es de contaminación superficial, el equipo debe medir en bequerelios por unidad de superficie o en cps (disponiendo del factor de conversión para cada radioisótopo), etc.
Los monitores deben presentar las medidas en unidades del sistema internacional, tal y como se establece en las normas UNE de instrumentación de radioprotección, así como por el establecimiento de dicho criterio desde 1986 en la Unión Europea.
Cada equipo de medida debe ir acompañado de un certificado de calibración frente a fuentes radiactivas o calidades de haces de rayos X. Además, deben ir acompañados de un certificado de calidad que incluya la información establecida en las normas IEC mencionadas en la Guía de Seguridad.
Los instrumentos de radioprotección deben tener una sensibilidad mínima de detección adecuada a las medidas que se pretenden realizar y se debe considerar también la importancia buscada en la exactitud de la medida. En algunas instalaciones radiactivas es un factor determinante.
También hay que tratar de seleccionar aquel equipo de medida cuya curva de respuesta (eficiencia) respecto a la radiación predominante en la instalación (tipo y energía) sea lo más próxima a la unidad, para así asegurar una medición lo más fidedigna posible.
8. Conclusiones
Debido a la importancia del equipamiento para la medida de las radiaciones ionizantes en las instalaciones radiactivas, siendo un elemento clave para la protección de los trabajadores, el público y el medio ambiente, se consideró por parte del CSN la oportunidad de elaborar y publicar una Guía de Seguridad que permitiera orientar y facilitar a los usuarios el cumplimiento de los requisitos asociados a esta documentación.
La Guía tiene por objeto, en resumen, homogeneizar criterios en las instalaciones radiactivas, facilitar la elaboración de los procedimientos de calibración y verificación, proponer las metodologías de verificación más frecuentes, útiles y sencillas, aportar la información necesaria para elegir la calibración más adecuada, proporcionar criterios sobre las características a tener en cuenta para la adquisición de un equipo de radioprotección y los documentos que deben acompañar a los mismos.