Contenido principal
Programas de vigilancia radiológica ambiental específicos
Programas de vigilancia radiológica ambiental específicos
Además de los programas desarrollados en las redes de vigilancia, en España se llevan a cabo programas específicos en zonas donde existe contaminación residual debida a prácticas del pasado, que se describen a continuación.
Vigilancia radiológica en el emplazamiento de la antigua planta Lobo-G
La antigua planta de fabricación de concentrados de uranio Lobo G estuvo situada en el término municipal de La Haba (Badajoz). La instalación, clasificada como radiactiva de 1ª categoría, inició su operación en 1977, cesando en 1990. En el año 1995, por Orden del Ministerio de Industria y Energía, de 15 de noviembre, fue autorizado su plan de desmantelamiento y clausura.
Finalizadas las actividades de desmantelamiento y estabilización de los estériles en julio de 1997, mediante Resolución de la Dirección General de la Energía, de fecha 30 de enero de 1998, se aprobó el comienzo del periodo de cumplimiento de cinco años de duración, durante el cual se llevó a cabo un programa específico de vigilancia y control para verificar el cumplimiento de las condiciones establecidas en la autorización de desmantelamiento. Los resultados de este programa pusieron de manifiesto el adecuado comportamiento de las obras de restauración realizadas.
Finalmente, la Orden del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, de 2 de agosto de 2004 declaró la clausura de la instalación, liberando parte del emplazamiento con restricciones para un uso forestal y dejando el dique de estériles restaurado bajo un programa de vigilancia y control a largo plazo.
Vigilancia radiológica en el entorno de Palomares
Desde el accidente militar aéreo, ocurrido en 1966, que dio lugar a la dispersión de plutonio metálico procedente de artefactos nucleares en el área de Palomares (Almería), se viene desarrollando en esta zona un programa de vigilancia radiológica.
El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) ha mantenido la responsabilidad de ejecución de este programa, que incluye la vigilancia de la posible contaminación interna de las personas y la medida de los niveles de contaminación en la zona. Los resultados muestran que el accidente no ha tenido incidencia sobre la salud de los habitantes de la zona de Palomares, si bien existe contaminación residual en el entorno.
Desde 2001, ante la perspectiva de la reactivación agrícola y urbanística de la zona, el CSN y el Ciemat han realizado diversas actividades que han dado como resultado la expropiación de algunos terrenos y el establecimiento de restricciones de uso en ciertas áreas afectadas. Así, el 17 de diciembre de 2004, el Consejo de Ministros aprobó la realización de un plan de investigación energética y medioambiental en materia de vigilancia radiológica, la expropiación forzosa de los terrenos previsiblemente afectados y la restricción de uso de otros donde hubiese indicios de contaminación, acuerdo que el Consejo de Ministros de 28 de septiembre de 2007 amplió a otras 30 hectáreas adicionales.
El Ciemat inició las actividades de este plan en 2006, realizando la caracterización radiológica en superficie y en profundidad de una extensión de 660 hectáreas aproximadamente, y en abril de 2009 presentó el informe final de esta al CSN. El informe concluye que la contaminación en profundidad tiene distribuciones y niveles muy variables según las zonas, en función del uso y alteraciones producidas en éstas, y confirma que los terrenos contaminados se limitan a los identificados en las caracterizaciones superficiales.
Por su parte, el CSN realizó un análisis del informe final de caracterización radiológica de la zona de Palomares y concluido este solicitó al Ciemat la elaboración de un plan específico para la restauración de las zonas afectadas, incluyendo los objetivos finales de descontaminación. El Ciemat presentó en 2010 al CSN, que lo apreció favorablemente, un plan preliminar de rehabilitación. Asimismo, el Ciemat ha mantenido con el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DOE) una comunicación continua desde el accidente que, entre otras cuestiones, se ha materializado en el envío preceptivo de informes y en la cofinanciación de parte de las actividades.
Vigilancia radiológica en el Centro de Recuperación de Inertes (CRI-9)
A raíz de la fusión inadvertida de una fuente de Cs-137, que tuvo lugar en el año 1998 en la acería Acerinox de los Barrios (Cádiz), resultó contaminada la zona denominada CRI-9 del Centro de Recuperación de Inertes (CRI) de Palos de la Frontera, instalación a la que se remitían las escorias y polvos de acería para su inertizado.
La entonces denominada Empresa de Gestión Medioambiental SA remitió al CSN un estudio de actuaciones a realizar por cada una de las partes firmantes para garantizar la vigilancia radiológica para la normalización de las actividades del centro. En 2001, tras el informe favorable del CSN, la Dirección General de Política Energética y Minas autorizó la permanencia del mencionado material residual en la zona estabilizando la misma con una capa de arcilla sobre los frentes de vertido contaminado y estableciendo un plan de vigilancia radiológica ambiental, que se viene realizando anualmente.