CSN Un nuevo sarcófago para Chernóbil - Alfa 42 Revista Alfa

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Un nuevo sarcófago para Chernóbil

Han sido necesarios muchos años de trabajo y, sobre todo, de recaudación de fondos para completar la misión de construir una barrera protectora contra la radiactividad proveniente del reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil. Una mole de más de 30.000 toneladas de peso en forma de bóveda guarda en su interior los vestigios del accidente nuclear más grave del siglo XX. Se trata del denominado Nuevo Sarcófago de Seguridad de Chernóbil, o NSC (por sus siglas en inglés, de New Safe Confinement), que fue entregado oficialmente por la Unión Europea al Gobierno de Ucrania en julio de 2019. Sin embargo, comenzó a construirse más de una década antes, en 2007, año en el que un consorcio de empresas inició las labores de edificación de esta gigantesca estructura de 108 metros de altura, 162 metros de largo y 257 metros de ancho. Sus cimientos descansan sobre un volumen de 20.000 m3 de hormigón, con la idea de que perdure, como mínimo, cien años. La estructura principal de este guardián de la radiactividad se compone de 16 arcos de celosía triangulada de acero. La distancia entre el cordón superior e inferior de cada uno de estos arcos es de doce metros. La imagen final es la de una enorme bóveda de acero sostenida en dos vigas longitudinales de hormigón. En su construcción se ha tenido en cuenta la posible corrosión y las temperaturas extremas de la zona. Además de estar cubierta por paneles de acero de especial resistencia, esta bóveda metálica oculta en su interior una cámara de aire de doce metros de espesor en la que se ha instalado un sofisticado sistema de ventilación que minimiza el riesgo de corrosión, mantiene la humedad relativa de la instalación en torno al 40 % y permite recircular unos 45.000 m³ de aire por hora. La temperatura y la humedad dentro de la cámara de aire se regulan mediante un sistema de secado y nueve de recirculación que, individualmente, disponen de cien unidades de tratamiento de aire. El revestimiento del terreno exterior del sarcófago ocupa una extensión de aproximadamente 85.000 m2 . Se trata de un sistema compuesto de varias capas que conforman una barrera física diseñada para restringir la propagación de la humedad, el aire y el calor. Además, protege el emplazamiento de los efectos atmosféricos adversos de la zona. Superar los riesgos y dificultades inherentes al proyecto ha requerido años de trabajo preliminar y organización. Las labores preparatorias del terreno se completaron en 2011 con la retirada de suelo contaminado y la construcción de la plataforma inicial de hormigón sobre la que debía edificarse la estructura principal de este gigante de acero. Todas estas medidas eran, además, necesarias para minimizar la exposición de los trabajadores a la radiación. Cinco años después, en 2016, el esqueleto principal del sarcófago se trasladó, mediante un sistema de raíles, a la cubierta que protegía en ese momento el reactor accidentado y su montaje definitivo tardó varios años en llegar, debido, principalmente, a la falta de fondos para completar los trabajos. La financiación de este proyecto superlativo, que ha tenido un coste de 2.100 millones de euros, ha sido recaudada por el Fondo de Protección de Chernóbil del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo.