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Efluentes líquidos e gasosos
Efluentes líquidos y gaseosos
Las instalaciones que puedan dar lugar a efluentes radiactivos que supongan un riesgo radiológico significativo deben estar equipadas con sistemas independientes y específicos para su almacenamiento, tratamiento y evacuación, con objeto de garantizar la protección del público y minimizar su impacto radiológico.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) establece los límites para los vertidos radiactivos líquidos y gaseosos que pueden efectuar las instalaciones y requiere que se desarrolle un programa de control de efluentes que permite:
- Conocer, vigilar y controlar las descargas radiactivas.
- Verificar el cumplimiento de los límites del vertido.
- Asegurar la operabilidad de los sistemas de tratamiento de residuos.
- Estimar las dosis que recibe la población.
El CSN verifica el cumplimiento de estos programas mediante la evaluación de los datos remitidos por los titulares en los informes mensuales de explotación, y la realización de inspecciones a las instalaciones.
En los informes anuales al Congreso de los Diputados y al Senado se incluye información sobre los programas de control de efluentes radiactivos y los resultados de los vertidos a lo largo del año por las instalaciones. También se envían anualmente los datos sobre los vertidos a la Comisión de la Unión Europea y a la Convención Oslo-París (OSPAR) para la protección del Atlántico Norte-Este, y periódicamente a la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y al Comité Científico de las Naciones Unidas para el estudio de los efectos de las radiaciones atómicas (UNSCEAR).
Los datos sobre los vertidos de efluentes líquidos y efluentes gaseosos de las instalaciones nucleares se almacenan en la base ELGA del CSN, que se actualiza mensualmente con la información remitida por los titulares.
A partir de los datos de vertido, los titulares de las instalaciones realizan anualmente una estimación de las dosis recibidas por los grupos de referencia de la población en el entorno de las instalaciones. Estas estimaciones, que son evaluadas por el CSN, se efectúan mediante modelos matemáticos que reflejan la evolución de los contaminantes en el medio ambiente, y que tienen en cuenta las características propias del emplazamiento como meteorología, hidrología, usos de tierra y agua, distribución y hábitos de la población. Para verificar la precisión de estos modelos y efectuar un seguimiento de los vertidos en los distintos ecosistemas se establecen programas de vigilancia radiológica ambiental.