Desde la firma del Tratado de Madrid el 12 de junio de 1985, España forma parte de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom), que tiene por misión contribuir a la elevación del nivel de vida en los Estados miembros, mediante el establecimiento de las condiciones necesarias para la creación y desarrollo seguro de industrias nucleares.

Entre las misiones de Euratom, destacan tres por su particular incidencia en el trabajo de este organismo. La primera consiste en el establecimiento de normas de seguridad uniformes para la protección radiológica de la población y de los trabajadores, velando por su aplicación. La segunda busca garantizar mediante los controles adecuados que los materiales nucleares no serán utilizados para fines distintos de aquellos a los que estén destinados. Y la tercera establece con los demás países y con las organizaciones internacionales aquellas relaciones que promuevan el progreso en la utilización pacífica de la energía nuclear.

Las instituciones comunitarias dictan normas de gran incidencia en la regulación nacional basadas en las disposiciones del Tratado Euratom.