La vicepresidenta del regulador ha recordado la importancia de contar con la participación de los grupos de interés en la toma de decisiones

Expertos de una veintena de países comparten sus avances y retos en la implantación de programas de almacenamiento para residuos radiactivos

La consejera Pilar Lucio durante la clusura del taller internacional organizado por el OIEA

Esta mañana se ha clausurado el taller internacional sobre el proceso de toma de decisiones y los roles de operadores y reguladores durante el desarrollo de proyectos de Almacenamiento Geológico Profundo (AGP) que ha contado con la participación de representantes de organismos reguladores, operadores y expertos internacionales de todo el mundo. El objetivo del taller, organizado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en colaboración con la secretaría de Estado de Energía del Ministerio de Transición Energética y Reto Demográfico, Enresa y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), ha sido analizar los marcos regulatorios, las responsabilidades de los distintos actores y los mecanismos de participación en la toma de decisiones en este tipo de proyectos.

En la sesión de clausura, la vicepresidenta del CSN, Pilar Lucio, subrayó que el desarrollo de un AGP es un “proyecto de país” que debe construirse desde la transparencia, la cooperación institucional y la participación temprana de la sociedad. Lucio recordó que la dimensión social del proyecto debe abordarse “con el mismo rigor que la dimensión técnica”, destacando que la legitimidad del programa dependerá de la calidad del diálogo con ciudadanos, territorios e instituciones. Asimismo, enfatizó la importancia de integrar desde el inicio a los principales grupos de interés como operadores, organizaciones ecologistas, centros de investigación y otros actores relevantes; como parte de un proceso estructurado y sostenido de “participación temprana”.

Lucio también insistió en que la seguridad a largo plazo y la toma de decisiones responsables constituyen un ejercicio de “solidaridad intergeneracional”, que exige fortalecer el marco de cooperación entre el Ministerio, Enresa y el CSN, así como garantizar un modelo de supervisión independiente, riguroso y abierto. Junto a la vicepresidenta del CSN, intervinieron la jefa de la sección de Residuos y Seguridad Ambiental del OIEA, Anna Clark, y el director técnico de Enresa, Mariano Navarro.

Durante cinco días, expertos de países como Canadá, China, Reino Unido, Alemania, Francia, Finlandia, Bélgica, Polonia, Rumanía, Malasia, Ghana o Lituania han compartido sus avances y retos en la implantación de programas de almacenamiento geológico para residuos radiactivos. A lo largo de la semana se han abordaron cuestiones clave como la definición del marco regulador, la preparación para la revisión de licencias y la interacción entre organismos reguladores y operadores.

El CSN ha mantenido una participación activa en las sesiones técnicas, especialmente en la presentación sobre los pasos para licenciar un AGP en España, donde se expuso la experiencia nacional hasta el momento y los requisitos de seguridad aplicables.

El programa ha incluido conferencias magistrales sobre la función del regulador y la perspectiva del operador, así como sobre la implicación de las partes interesadas en procesos de autorización, con ejemplos concretos como el caso francés y finlandés. Además, se organizaron grupos de trabajo para debatir sobre los procesos de toma de decisiones, responsabilidades, y estrategias de comunicación. Las conclusiones de estos grupos se presentaron en la jornada final, junto con un panel de discusión sobre necesidades de colaboración en las distintas fases de desarrollo de los proyectos de AGP.

Con la realización de este taller, celebrado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía (UPM), que se une al celebrado en 2022 sobre el mismo tema, España consolida su papel como referencia en la discusión internacional sobre el AGP.

Sobre el AGP

Un Almacén Geológico Profundo (AGP) es una instalación diseñada para aislar los residuos radiactivos de alta actividad mediante un sistema de barreras múltiples. Estos almacenes se ubican generalmente a unos 500 metros de profundidad, donde primeramente los residuos son introducidos en contenedores metálicos de gran resistencia y durabilidad. Posteriormente, se colocan en galerías excavadas en formaciones geológicas estables, selladas con materiales absorbentes y rodeadas por terrenos de baja permeabilidad y alta capacidad de retención.

El aislamiento frente al medio ambiente se logra gracias al contenedor y a las barreras tecnológicas y naturales que aporta la roca. Además, desde el punto de vista de la seguridad física, el AGP es considerado por la comunidad técnica internacional como la opción más segura, ya que presenta una vulnerabilidad mínima frente a robo o sabotaje.

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