La central nuclear Santa María de Garoña (Burgos) ha realizado hoy el preceptivo simulacro anual, conforme a los requerimientos establecidos en su Plan de Emergencia Interior, con la participación de la Organización de Respuesta ante Emergencias del Consejo de Seguridad Nuclear y de la subdelegación del Gobierno en Burgos.

La actuación del Consejo se ha desarrollado, por primera vez, desde la Sala de Emergencias de respaldo (SALEM 2), situada en el cuartel general de la Unidad Militar de Emergencias (UME), en Torrejón de Ardoz (Madrid).

El CSN, durante el ejercicio desde esta ubicación, ha realizado el seguimiento del estado de planta y de las actuaciones del titular tanto para la recuperación de las condiciones de seguridad como para la adopción de medidas de protección radiológica.

El ejercicio se ha iniciado a las 10.00 horas con la notificación al CSN, por parte del titular de la central, de un incendio superior a diez minutos de duración que ha motivado la declaración de alerta de emergencia en el emplazamiento (categoría II) de acuerdo con lo establecido en el Plan de Emergencia Interior .

Asimismo, se ha simulado también la evacuación de aquellos trabajadores de la central nuclear no esenciales en las labores relacionadas con la gestión de una emergencia y la liberación de material radiactivo al exterior por pérdida de las barreras contra este tipo de emisiones.

Durante el simulacro, el Consejo, siguiendo criterios radiológicos, ha recomendado a la subdelegación del Gobierno en Burgos la activación del Plan de Emergencia Nuclear de Burgos (PENBU), en situación 2, lo que implicaría el confinamiento de la población así como la distribución preventiva de las tabletas de yodo en un radio de 3 kilómetros.

El titular de la central ha llegado a simular la declaración de emergencia general (categoría IV) de su Plan de Emergencias Interior. Por su parte, el CSN ha activado su Organización de Respuesta ante Emergencias, llegando hasta el modo 3, lo que implicaría la disponibilidad de todos los trabajadores que sean necesarios para la gestión de la emergencia.

Un suceso de esta naturaleza habría sido clasificado como accidente de nivel 3 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).