Tras el accidente en la central nuclear de Fukushima posterior al tsunami del 11 de marzo de 2011, el Consejo Europeo solicitó unos días después se revisara la seguridad de todas las centrales nucleares de la Unión Europea, estableciendo una evaluación complementaria integral y transparente de riesgos y seguridad que se denominó "pruebas de resistencia" y que tuviera en cuenta las lecciones aprendidas del accidente. Para ello, la Asociación de Reguladores de Europa Occidental (WENRA) y el Grupo Europeo de Reguladores Nucleares (ENSREG) definieron un programa detallado para la realización de estas pruebas, que fue finalmente aprobado por la Comisión Europea.

Toda la información relativa a las pruebas de resistencia de las centrales nucleares europeas puede consultarse aquí.