El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), representado por el director técnico de Protección Radiológica, Juan Carlos Lentijo y la subdirectora de Protección Radiológica Ambiental, Lucila Ramos, se han reunido en Sevilla con una delegación de eurodiputados para informar sobre las actividades de vigilancia radiológica que se están llevando a cabo en las balsas de fosfoyeso de la industria de fosfato y en los terrenos del Centro de Recuperación de Inertes (CRI-9), ambos situados en las Marismas de Huelva. A esta reunión también han asistido representantes de otras instituciones y autoridades españolas.

Los representantes del CSN han informado a los eurodiputados sobre los programas que se están llevando a cabo en la zona, aplicando las normativas europea y española para mantener la protección radiológica tanto de la población como del medioambiente.

El pasado 18 de septiembre cuatro expertos en vigilancia radiológica ambiental de la Comisión Europea llevaron a cabo una misión de verificación en la zona, tras la cual se obtuvo como conclusión general y preliminar, que los estudios radiológicos y los programas de vigilancia establecidos son adecuados y eficaces. El informe definitivo de la misión se encuentra en proceso de remisión a la representación permanente de España en el Parlamento Europeo.

Estas visitas se enmarcan en el artículo 35 de Euratom, que establece que cada miembro de la Unión "debe crear las instalaciones necesarias a fin de controlar de modo permanente el índice de radiactividad de la atmósfera, de las aguas y del suelo, así como la observancia de las normas básicas". Asimismo, el citado artículo permite a la Comisión acceder a las instalaciones de control para verificar su funcionamiento y eficacia.
Por su parte, el CSN supervisa los programas de vigilancia en el CRI-9, requeridos por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, así como las inspecciones en las que se recogen muestras para su análisis en laboratorios independientes. Los resultados muestran que la contaminación permanece limitada a las proximidades de los frentes de inertizado, si bien se considera que se debe mantener el programa de vigilancia y las barreras para asegurar el confinamiento a largo plazo de la contaminación.
En cuanto a las balsas de fosfoyeso, según un estudio elaborado por las Universidades de Huelva y Sevilla los valores de radón sobre las zonas rehabilitadas son equiparables al fondo natural, por lo que el eventual impacto radiológico en la población, así como en los trabajadores del entorno de las balsas, causado por los apilamientos de fosfoyeso está por debajo de los límites fijados en la normativa vigente.